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La historia de los mandos de Xbox

Del Duke al Elite

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El Duke, el inicio de Xbox

El Duke. Así se dio en llamar el mando original de Xbox. El primero de todos ellos. El que llegó con las consola, y que pronto fue reemplazado internacionalmente por una versión más pequeña, el Xbox Controller S. Sin embargo, más de una década después, el Duke es una parte crucial de la historia de Xbox. Un elemento icónico que se recupera ahora en Xbox One, con una versión que trata de transmitir las sensaciones del original, pero con elementos renovados. Más allá de que es compatible con Xbox One y PC, el nuevo Duke incluye también una pantalla en el centro que recrea la viscosa animación de inicio de la veterana Xbox. Una animación que volvemos a recordar gracias a la retrocompatibilidad de Xbox One con la primera X, y que se convierte en el enésimo detalle de este mando para nostálgicos.

Llega a finales de mes, fabricado por Hyperkin (habituales fabricantes de nuevo hardware retro), y licenciado por Microsoft. Su precio es de 69 dólares, y se convierte en una excusa perfecta para repasar el mando de Xbox. Una de las piezas centrales de la andadura de la compañía en videojuegos.

Cuando Xbox desembarcó en el mercado lo hizo con este enorme mando. La escala del New Duke es 1:1 con la del Duke original, por lo que en el Tweet se puede apreciar lo increíblemente enorme que era. Cuando Xbox llegó al mercado a principios de los 2000, el contexto japonés era mucho más relevante de lo que es hoy. Microsoft trató de incurrir en el mercado nipón una y otra vez, generación a generación, siempre con escaso éxito. Fruto de uno de esos intentos llegamos al mando Xbox Controller S. Una versión más pequeña destinada en principio sólo a Japón. Las quejas de que el mando Duke era demasiado grande no sólo se anticipaban en Japón, sino que internacionalmente se señalaba esto como un error. La vida comercial del mando Duke fue, de hecho, bastante corta. Apenas un año después de su lanzamiento, el mando Xbox Controller S se convertía en el mando global de la consola.

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Posiblemente el hecho de ser un mando con una extraña historia a sus espaldas ha convertido al mando Duke en icono de Xbox. Se puede recordar aquello de que para que un objeto pase a ser de culto necesita tener escaso éxito en su momento de protagonismo.

En el salto del mando Duke al Xbox Controller S el cambio llega no sólo respecto al tamaño, sino que la posición de los botones blanco y negro, así como del Start y Back.

El mando de Xbox 360, uno de los más populares de la historia

Sin embargo, la Xbox original fue sólo el aterrizaje de Microsoft en el mercado de videoconsolas. El impacto de la primera plataforma fue suficiente para que Microsoft tomase más fuerza de cara a Xbox 360, adelantándose en su lanzamiento a PlayStation 3. La línea de continuidad entre el mando de la primera Xbox y la segunda era evidente, pero el mando de Xbox 360 venía con cambios muy marcados respecto a su predecesor. El primer cambio importante responde a la opción inalámbrica que termina como estándar. Además, el mando es más pequeño y de un diseño más ergonómico. Sobre los gatillos se añaden los bumpers y desaparecen en el camino los botones negro y blanco. La gran novedad es que se incorpora el botón guía, como el epicentro para manejar las funciones de la consola que van más allá de jugar. Si la primera Xbox había coqueteado con Xbox Live, Xbox 360 era una consola pensada completamente para jugar en línea. El botón guía permite, entre otras cosas, la gestión de toda la infraestructura de Xbox Live.

El de Xbox 360 se ha convertido en uno de los mandos más populares y utilizados de todos los tiempos. No sólo porque Xbox 360 haya sido una consola tremendamente popular, sino también por su compatibilidad con ordenador. La filosofía plug and play de la API que Microsoft desarrolló para su controlador eliminó quebraderos de cabeza a los jugadores de PC. El mando de Xbox 360 en PC implicaba dos cosas: la garantía de un mando de muy buena calidad a un precio asequible, y la comodidad de que simplemente al conectar el cable USB muchos de los videojuegos (hoy ya la inmensa mayoría) reconociesen y mapeasen los controles. Microsoft se apresuró a lanzar también un adaptador inalámbrico para PC, que hacía funcional en ordenador el mando wireless incluido con la consola.

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Además, Microsoft descubrió con el mando de Xbox 360 que nos gusta personalizar nuestra biblioteca de juegos y consolas. Durante el tiempo de vida de Xbox 360 llegaron a salir más de 30 diseños de mando diferentes, con distintos colores, diferentes estampados, alguna edición especial… Una fiebre por la customización de mandos, que en la generación actual da un paso más con Xbox Design Lab.

Xbox One, el mando de los 100 millones de dólares

En este camino llegamos al mando de Xbox One. Cuando la consola fue presentada se comentó que Microsoft había invertido más de 100 millones de dólares en el desarrollo del nuevo controller. ¿Dónde, si el mando en apariencia es prácticamente idéntico?

A simple vista, el mando de Xbox One es mucho más parecido al de Xbox 360, que el de Xbox 360 respecto a su predecesor. Sin embargo, entre ambos se encuentran más de 40 detalles que han cambiado de uno a otro. El nuevo mando tiene un recorrido mucho mayor en los sticks, cambia el diseño de los gatillos, e incluye la función de vibración Trigger-Rumble. La vibración se distribuye de manera uniforme o localizada por el mando, aplicando una respuesta más rica en información a la vibración convencional. Además, un cambio muy requerido en la cruceta, que en las últimas versiones del mando de Xbox 360 ya había comenzado a ser modificada. Sin embargo, el mando con el que Xbox One llegó al mercado no es el actual.

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El mando que ahora mismo se comercializa, el que se comenzó a vender con Xbox One S, tiene tres elementos diferentes muy importantes. En apariencia es idéntico, pero ahora incorpora tecnología Bluetooth, por lo que es directamente compatible con PC sin necesidad de adaptadores inalámbricos extra; la entrada de audio es mini-jack, con lo que es directamente compatible con cualquier headset, y hay un pequeño cambio en el diseño interno de los bumper RB y LB que hacen que sean pulsables en la totalidad de su superficie. De estos tres cambios el más relevante es el de la conectividad con PC.

El mando de Xbox One es un dispositivo curioso. Arrancó su andadura con el traspiés del mando Duke y su rápida sustitución por la versión small, para convertirse en Xbox 360 en garantía de calidad, y en Xbox One en el nexo de unión entre los jugadores de Xbox y Windows, que es el objetivo prioritario ahora mismo de Microsoft.

Sin embargo, la última parada en los mandos de Xbox One la hay que hacer en el modelo Elite. El más deseado de todos, y también el más caro. El mando Elite es la versión Premium del mando convencional. Duplicando su precio, lo que ofrece son dos elementos: precisión y configuración. Permite, no sólo mapear los controles a nuestro gusto, sino intercambiar algunas de sus piezas fácilmente. La gama alta de los mandos, que toma sentido en un momento en el que los componentes para competición son objeto prioritario en el mercado.