Misión en el estrecho (1964), de Pierre Gaspard-Huit

Una de las cosas mas comunes a día de hoy es explotar filones cinematográficos que den buenos resultados en taquilla, instaurándose una moda o fiebre por determinadas tendencias en la pantalla grande: el éxito de Bond hizo que EEUU buscase a su agente secreto particular (James Coburn y Dean Martin fueron alternativas, haciendo de Agente Flint y Matt Helm respectivamente...)... y aquí en España, quitando el 07 CON EL 2 DELANTE de Cassen... pues tuvimos esta coproducción junto con Francia e Italia que entre otras cosas, hizo que la película se rodase en buena parte del territorio nacional.

En riguroso blanco y negro (el color era para los 007...), la película nos cuenta que en Tanger hay una banda terrorista que derriba barcos de la armada británica durante el movimiento de tropas de Inglaterra a Oriente Medio, llevando ya tres barcos derribados en Gibraltar. Uno de los espías que tiene Inglaterra en Tanger se dispone a enviar información sobre los sabotajes cuando es asesinado de un disparo por un francotirador (Fausto Tozzi). Ello obliga a la inteligencia británica a elaborar un plan para averiguar quién es el traidor, recurriendo al teniente Frank Jackson (Gérard Barray) para infiltrarse en la organización criminal que atenta contra los barcos de la armada británica en Tanger, sin levantar sospecha alguna. Todo parece indicar que la líder de la organización criminal es la experta en estética Elinor van Berg (Hildegard Knef), quien bajo la fachada de su salón de belleza, se encarga de los ataques. ¿Podrá Frank Jackson vencer a van Berg y sus huestes?

Una de las cosas que me llaman la atención de la película es el desarrollo de la misma, ya que la película, como buena parte de las denominadas "películas de orígen", se toma su tiempo en desarrollar al protagonista, un Frank Jackson interpretado por Gérard Barray que busca, en cierta forma, ser un "James Bond" al uso: jugador de poker sin mucha fortuna (algo que resulta fundamental para la trama...), mujeriego hasta la médula (tiene sus mas y sus menos con la bailarina Lola, interpretada por Elisa Montes, o con la hija del general Maxwell, Cathy, interpretada por Geneviève Grad...), y por supuesto, leal a su patria hasta el final.

Al ser una coproducción italofrancoespañola, no es raro ver a Elisa Montes bailar distintos bailes regionales españoles en el film, amén de ver locales o lugares con detalles mozárabes (la peluquería de Elinor o el local donde Lola baila...), o ya puestos, a gente española haciendo de extras (Xan das Bolas hace de jugador de poker ocasional en las partidas del protagonista, mientras que José Marco Davó hace de prestamista...). ¿Sobre la trama criminal? Bueno, digamos que no está bien definida (Elinor se encarga de hablar con criminales de todo el mundo con la pobre excusa de organizar los atentados a los barcos de tropas británicas usando algo muy sutil, y es mezclar explosivos en el carbón de los barcos cuando repostan en Gibraltar, con el fin de que los barcos exploten solos, pero no quedan claras sus motivaciones mas allá de eso...).

Por supuesto, hay momentos de tensión (la noticia de la sustracción de infomación vital de la caja fuerte y posterior detención de Jackson, la "prueba de iniciacion" que nuestro hombre debe hacer para pasar a la organización de Elinor, "matando" a un agente irlandés interpretado por Bernard Dhéran... y el clímax final en la mansión de Elinor...), romance... y por supuesto, diálogos y momentos típicos y tópicos de las películas de espías, todo ello aderezado con una banda sonora, compuesta por André Hossein, que peca de efectista en determinados momentos, siempre siguiendo la costumbre de la época.