Explota Explota (2020), de Nacho Álvarez

Decir el nombre de Raffaella Carrá evoca recuerdos de míticas canciones para disfrute y deleite de abuelos/as o padres y madres nuestros/as (canciones que en este musical destrozan a base de bien...), de ahí que aprovechando el factor nostalgia se ha hecho una película que va hilvanando buena parte del repertorio de la cantante italiana en una historia romántica que naufraga por todos lados, y ya os diré más abajo por qué.

María (Ingrid Garcia Jonsson) es una jóven que regresa a Madrid desde Roma en avión tras irse de la Iglesia sin casarse con Massimiliano (Giuseppe Maggio). Gracias a Amparo (Verónica Echegui), María consigue tener un trabajo en el departamento de maletas en el aeropuerto y un lugar donde vivir... hasta que el amor vuelve a llamar a su corazón en la figura de Pablo (Fernando Guallar), el cual trabaja en TVE. Tras un descuido con una maleta suya, María va a TVE a llevar a Pablo la maleta, descubriendo el plató donde se graba EL SHOW DE ROSA, el show mas visto del país. Su baile improvisado llama la atención de Chimo (Fernando Tejero), el coreógrafo del programa, que decide contratarla como bailarina. A partir de ahí, María conocerá todo lo que rodea al show, con sus ventajas... y sus censores inconvenientes, cortesía del censor (Pedro Casablanc). ¿Logrará María ser la estrella que parece estar destinada a ser?

Un musical de mierda. Cuatro palabras que resumen básicamente lo que es ésta película, donde se notan muchas cosas y no todas buenas: para empezar, poner a cantar a actores y actrices que no han sido cantantes en su puta vida y que se nota que lo hacen por cumplir (algunos hasta tocan la guitarra con el fin de fardar de tocar instrumentos musicales...), la poca o nula química que hay entre la pareja protagonista, que en el caso de él roza lo patético... por no hablar de poner a actrices a interpretar personajes con acentos que al no ser naturales del sitio donde se nace, quedan horrorosamente mal hablando (Verónica, cielo, sabemos que si Bigas Luna, que en gloria esté, te escogió para YO SOY LA JUANI, no fue por tu talento interpretativo, sino por que le gustaba tu culo de entre todas las que fueron para el papel...)... y lo mas importante: si haces un musical con temas de una cantante en concreto, haz que el personaje principal tenga algún nexo de unión con la autora de las canciones para así entender el uso de las canciones de la cantante en la película, por que si no ya me dirá tu qué cojones tiene que ver Raffaella Carrá en la historia (Raffaella, hija, vaya cameo, parecías la figura del Museo de Cera mas que tu viva imagen...).

Otra cosa que tiene que ver con el fracaso de la película son personajes secundarios y secundarias, estereotipos y clichés mas básicos que un dibujo de Cuttlas: personajes como los de Fernando Tejero o el de Pedro Casablanc como coreógrafo y censor respectivamente, están exageradísimos rayando en lo caricaturesco, haciendo tanto del típico tío que en su posición se propasa con las bailarinas, llegando a dejar a una embarazada (e intentar propasarse con María, que es tierna y virginal, como en los cuentos...) como del censor y padre del novio de María, que al ser mas franquista que Franco (de hecho Estefanía Ontiveros hace de Carmen Polo, apareciendo tras ver a Maria en topless en televisión por culpa de una bailarina...) trata de que su hijo siga sus mismos pasos que él en lo que a censura se refiere, cosa que evidente y previsiblemente, sabremos que eso no va a suceder, por que esta es otra, la película, a pesar de la aparición de Giuseppe Maggio como novio de María que viaja a España para recuperarla, sabemos cómo termina al final la cosa.

Tenemos detalles políticamente correctos que casi rayan la incoherencia (bailarinas afroamericanas acompañando a Rosa, interpretada por una Natalia Millán que hace en parte de mentora de la protagonista, siendo un remedo de artistas a las cuales la censura franquista buscó de alguna manera "controlar"...), tenemos pareja gay en la clandestinidad (no se besan, por cierto...) y un Carlos Hipólito con pelucón que hace de un Raphaél que baila y canta con la protagonista en el número clave del especial de Nochevieja. ¿y los números musicales? Bueno, pensad en las funciones infantiles que hacen los niños y niñas en sus coles... pero en malo: los números musicales al aire libre dan pena de la buena y si hablamos de los números en plató... tela. ¿Lo único destacable? El diseño de producción, con esos interiores de casas con pinturas y azulejos de la época... y como curiosidad, las normas que tenían los censores en la televisión, desde medir las faldas de las bailarinas para que estén a una altura recomendada, pasando por adornos en el escote para no enseñar demasiado... o simplemente, eliminar determinados planos por movimientos de bailarinas considerados "demasiado provocativos" (como le pasa a María en su primera actuación...). Otra pena es que la bso de Roque Baños pase muy de largo por las canciones de la Carrá.