Una pechugona enfermera de servicios "inapropiados" (relato erótico +18)

Te admiro, tienes mucho empeño, casi se podría decir que eres el OscarPM de la literatura

Quién eras tú X-D

CAPÍTULO 5: ENTREVISTA CON EL CACHONDO

El tiempo seguía su curso y Maite se sentía algo incomoda, no solo por haber manchado la cama en su primera siesta de su primer día de trabajo: las bragas de Chloe la estaban algo... "pequeñas". Tras quitar la pegatina del mono verde y dejarlo preparado para lavandería, Maite se coloca como puede la pegatina en el nuevo uniforme que lleva puesto y se marcha a la mesa de Jelena, la cual se encontraba tecleando en el ordenador.

-Jelena, ¿has visto a Eloisa? Me dijo que me traería un mono verde algo mas grande que esto.

-La he visto, pero no me ha comentado nada sobre tu mono verde. Por cierto, necesito tu numero de cuenta bancaria y el Sr. Elostegui me ha pedido que subas a su despacho.

"Ostras, el gerente", piensa Maite, preocupada por lo que el Sr. Elostegui la pueda haber citado. Después de darla su numero de cuenta bancaria para ingresar el salario cada mes, Maite toma el ascensor para subir a la sexta planta, sin que haya compañeras o compañeros cerca. Una vez ha llegado a la planta, Maite recuerda el camino al despacho del gerente y llega al despacho de su secretaria, ausente de su sitio. Dos toques a la puerta, y la voz del anciano gerente del Hospital se oye:

-¡Pase!

Maite avanza al despacho y una sonrisa luminosa aparece en la cara del Sr. Elostegui.

-Ah, nuestra nueva enfermera. ¿Cómo la esta yendo en su primer día?

"Si usted supiese..." se dice Maite para sus adentros.

-Bien, bastante bien, gracias.

El Sr. Elostegui se rasca la barbilla mientras cierra una carpeta amarilla.

-Verá, la he mandado llamar por culpa de mi sobrina. Se llama Helena, como la de Troya, y su sueño, la pobre... es ponerse pecho. El caso es que no sabe que talla ponerse, y había pensado que... bueno, usted esta bien dotada, salta a la vista.

-Usted lo ha dicho, Sr. Elostegui.

El gerente saca de un cajón de su escritorio una cámara de fotos de color gris, y la sujeta con una mano.

-¿La importaría quitarse el mono que lleva? Solo necesitaré hacerla unas fotografías.

-¿cómo dice?

-Si, quítese el mono, hare unas fotografías de su busto para que mi sobrina vea... como sería tener un pecho de su talla.

-Pero, pero...

El Sr. Elostegui sonríe y la dice:

-Me han llegado comentarios de algunos pacientes que han quedado "complacidos" por cómo los ha tratado.

"Mierda", dice Maite para sus adentros.

-Esta bien.

Maite se quita el mono verde, mostrando su sostén color marron y unas bragas blancas que evidentemente, no están muy bien colocadas, ya que evidencian ser una talla inferior.

-Curiosa combinación.

La cara de Maite se va tornando rojiza.

-Ahora, inclínese un poco.

Maite va inclinándose hasta que con la mano, el Sr. Elostegui hace el ademan de parar.

-Perfecto, así esta bien.

El gerente del Hospital saca varias fotos, reparando en un detalle que comienza a verse en las braguitas blancas de Maite, algo que no estaba ahí, y que tiene forma de manchita.

-¿algún problema, Maite?

-No, ninguno.

-Ah, lo decía por una mancha algo... "intima".

"Joder, pero que me pasa hoy", piensa Maite.

-No se lo... no se lo diga a nadie.

El gerente deja la cámara de fotos en la mesa y se dispone a bajarse la bragüeta del pantalón, y con una mano, se saca su pene semierecto.

-Si te portas bien con él, nadie dirá nada de nada.

-Entiendo.

Maite se baja las bragas y se quita el sujetador, quedándose desnuda ante el Sr. Elostegui, y se dispone a hacerle una felación o mamada al pene del gerente.

-Eso es, muy bien...

La mano del gerente mece los cabellos de Maite, la cual arrodillada chupa y lame el pene con fruición y dedicación. En ocasiones, Maite deja de chupárselo para conocarlo entre sus pechos y frotarlo en el canalillo, pese a que el pene se pierda entre esos pechos.

-Sigue, sigue, por favor...

Maite sigue moviéndose, frotando y frotando... hasta que decide ir algo mas allá: colocarse sobre el gerente y poco a poco, introducirse el pene del Sr. Elostegui en su sexo húmedo y palpitante. El gerente roza con la lengua los pezones de Maite, la cual va poco a poco moviéndose sobre el pene, dejándole entrar y salir de su sexo.

-Ohhh, esto es el cielo, niña.

Las manos del Sr. Elostegui están en la cintura de Maite, la cual no puede evitar empapar el pene del gerente con algo de cremoso jugo vaginal, mientras éste comienza a gemir y jadear por el esfuerzo.

-Me corro, Maite, me voy a correr....

Y lo hace: el semen del gerente llena la vagina de Maite, dejando una lechosa visión de su sexo al sacar su pene el Sr. Elostegui.

-Ha sido... ha sido... algo sensacional, Maite. Tienes novio, ¿verdad?

-Sí, pero a este paso...

-Descuida, recuerda que nadie dirá nada si nadie dice nada, ¿entiendes?

-Claro.

-Así me gusta. Usa mi aseo, esta a la derecha, por esa puerta.

-Gracias.

Maite recoge su sostén, las bragas y el mono verde de enfermera y se retira al baño a toda prisa para no ir manchando el suelo de semen del gerente.

"Joder, esto es debutar con buen pie. Ya solo me faltan el cuerpo medico y los enfermeros", dice Maite para si misma.

FIN DEL CAPÍTULO QUINTO.

Me espero a la película.

Invoco el poder cazador de ballenas del arpon bahemius. 

A pesar de algunos fallos, es agradable de leer y se agradece el esfuerzo.

Con este último me he puesto pinocho.

Hay que joderse, hace años me metía a off topic todos los días ya que había cosas interesantes, mas que en cualquier otro lado del foro, ahora esta lleno de mierda y meto si eso 2 veces al mes, como jode.

CAPÍTULO 6: JUEGOS XXX

Una sofocada Maite sale del ascensor después de pensar en lo que hacer tras lo sucedido con el gerente del Hospital.

"Joder, vaya primer día que llevo, y encima, a ver qué le cuento a éstas", piensa la enfermera, la cual mira el reloj, viendo que solo queda un cuarto de hora para terminar la jornada de hoy. Un suspiro de alivio sale de la boca de Maite, que ve a Alejandra salir de una habitación y a Elisa recorrer el pasillo. Eloisa espera cerca del mostrador donde esta Jelena, con una cinta métrica en la mano. Al llegar, Maite la pregunta por la cinta.

-Eloisa, ¿y esa cinta?

-No he podido conseguir ningún mono verde por parte de los enfermeros, así que tocara hacértelo a medida. Necesito que me acompañes a los vestuarios para tomarte las medidas.

-Claro.

Maite acompaña a Eloisa a los vestuarios, los cuales estaban vacíos en ese momento. La enfermera se despoja del pequeño y estrecho mono verde que perteneciese a Alicia, quedándose en ropa interior ante Eloisa, que se da cuenta que las bragas no son las mismas que vio a Maite cuando comenzó el día.

-Me contaron lo que pasó en la cama. Una pesadilla, imagino.

"Si, una pesadilla, me lo has quitado de la boca", dice Maite para si misma.

-Fue una vergüenza. Manché la cama y mañana debo devolver sus bragas a Chloe.

Eloisa para la cinta métrica por encima del sostén de Maite, que aprieta un poco para poder precisar la medida de pecho de Maite.

-Perfécto. Veo que tienes las braguitas algo mojadas.

-Vaya, debe de ser por los nervios.

"Que mal mientes, Maite, joder", piensa la enfermera ante lo que ha salido de su boca.

-¿Seguro que es por los nervios? A ver que tenemos por aquí.

Eloisa mete la mano bajo las braguitas y comienza a sondear con los dedos el sexo de Maite, el cual esta algo acuoso.

-¿te has puesto cachonda cuando te he medido las tetazas que tienes? Vamos, confiésalo.

"Es la jefa de las enfermeras, ten cuidado o te despide"

-Sí, me puse cachonda.

-Muy bien, siéntate y quítate el sujetador, deja esas preciosidades libres.

Obediente, Maite se sienta y se quita el sostén, dejando sus pechos al descubierto y a una mano de Eloisa, la izquierda, con la cual masajea el pezón y agarra el pecho izquierdo, mientras que con la otra, baja las bragas a Maite. Chloe entra al vestuario y se encuentra semejante panorama, acercándose hacia Maite y Eloisa.

-Chloe, cariño, tengo teta para que chupes, teta de novata.

La muchacha de la cicatriz en su mejilla comienza a mamar el pecho derecho de Maite, la cual nota entre sus piernas los dedos de Eloisa entrando y saliendo de su sexo, provocando una leve excitación en los pezones de la enfermera. Elisa mira de reojo lo que ve, y decide volver al área de descanso, debido a la sorpresa de ver a su amante Chloe con Eloisa y Maite, mientras que Roberta habla por Skype con su padre en el ordenador.

-Que guarras... que guarras que sois...

Maite busca tocar a Chloe y a Eloisa una nalga, tocando primero la de Chloe, que al no llevar braguitas comienza a verse algo de humedad en el mono. Eloisa lo ve y la dice.

-Chloe, quítate el mono, así Maite podrá conocerte... "al desnudo".

La joven enfermera obedece a su jefa, quitándose el mono verde, dejando al descubierto un pequeño sostén blanco, el cual se quita también. Chloe se sienta al lado de Maite y con una mano mueve su cabeza hacia la suya, comenzándola a besar con lengua. Eloisa, por su parte, comienza a desnudarse también, quitándose el uniforme y su ropa interior, dejándola a un lado, enseñando a Chloe y a Maite sus dedos húmedos y cremosos.

-Si te viera tu novio ahora, ¿eh?

Las palabras de Eloisa buscan hacer daño a una Maite que busca el sexo de Chloe con su mano izquierda, siendo guiada por la propia Chloe, cuyos pezones están duros como piedras.

-Vamos, Maite, siente mi coñito con tu mano, vamos, te va a gustar...

-Mmmmmm....

El jadeo de Maite es debido a la lengua de Eloisa, la cual es prodigiosa lamiendo su clítoris. De hecho, varias profesoras que tuvo la jefa de enfermeras en el instituto y en la universidad descubrieron que Eloisa tenia un "talento natural" con la lengua, ahí donde maridos, amantes o aspirantes a novio, no llegaban nunca.

Chloe, por su parte, arrimaba sus pezones a la boca de Maite para que los chupase y lamiese, sintiendo los dedos de Maite entrando y saliendo entre sus piernas, provocando que cada vez salgan mas gotas de jugos vaginales de su coño.

Elisa, por su parte, decide finalmente entrar en el vestuario para quitarse el mono verde y la ropa interior, masturbándose viendo a Maite sometida al goce y el placer que Eloisa y Chloe la están dando. Chloe, que se fija en su amante, la hace señas con una mano para que se acerque, chupando ambas los pezones de Maite mientras Eloisa sigue comiendo el coñito de Maite... para terminar con la boca parcialmente manchada con cremoso jugo vaginal. 

-¿cual es la siguiente?

Ante la pregunta de Eloisa, Chloe es la que mas rápido reacciona y se mueve en dirección al sexo húmedo y jugoso de Maite, mientras Eloisa coloca su vagina cerca de la boca de Maite.

-Vamos, cielo, Bruno no esta aquí, y yo soy tu jefa. No me hagas mearme en tu boca, ¿quieres?

Maite obedece y comienza a lamer los labios vaginales y el clítoris de su jefa Eloisa, la cual suspira de placer, mientras Chloe lame el clítoris de Maite dejando sitio para Elisa y sus dedos, que entran y salen de la vagina de Maite. La lengua de la enfermera sigue lamiendo con profusión y deleite el clítoris de Eloisa, que comienza a rezumar jugo vaginal, llegándose a masajear el pecho de lo excitada que está... y Chloe y Elisa hacen algo que querían probar y que nunca antes habían hecho: acariciarse delante de cada una. El sonido de sus sexos al tocarse es morboso y sugerente.

-Chicas, creo.... creo... que ya me vieneeee....

Varios chorros de jugo vaginal caen en la cara de Maite, la cual llega a tener en la boca jugo caldoso y caliente de Eloisa. Por su parte, Elisa y Chloe siguen tocándose sus sexos, llegando a derramar también sus jugos sobre la enfermera, si bien cada una en un pecho: Chloe empapa el pecho derecho y a posteriori, Elisa el izquierdo, dejando a Maite pringosa, chorreante, y con el pelo hecho un desastre.

-No ha estado mal para ser el primer día, ¿eh, Maite? Ahora déjame terminar una cosa.

Eloisa coge la manchada cinta métrica y termina de tomar las medidas a Maite, para después decirla:

-Cielo, deberías darte una ducha. Chloe y Elisa podrían acompañarte. Ya iré yo después.

La jefa de las enfermeras da un beso a los empapados y tiesos pezones de Maite, la cual es llevada por Elisa y Chloe a las duchas.

TRES SEMANAS DESPUÉS

-Este tranquilo, Sr. Elostegui, ahora mando a Maite con los informes.

-Son de vital importancia, Eloisa, tengo un seminario en Ulea y necesito esos informes.

-De acuerdo, enseguida va.

La jefa de las enfermeras cuelga el teléfono del recibidor y se dirige al área de descanso, donde Maite esta desnuda, sentada sobre la cama, con Chloe y Elisa lamiendo sus pezones en los que hay untados crema de chocolate.

-Chicas, el Sr. Elostegui ha pedido que Maite suba con los informes para el seminario. Maite, vístete... pero esto se queda aquí.

Eloisa tiene en una mano un gran sostén, de color lila.

-Vale, Eloisa.

-Muy bien. Seguro que el gerente te lleve con él al seminario. He oído que ha reservado una habitación de hotel con una sola cama. Ahora ponte el mono verde y recuerda: ya queda menos para tu despedida de soltera.

-Sí, es verdad.

-Yo la haré. Sera muy, muy divertida, ya lo veras, o mejor dicho, ya la protagonizaras. Vamos, ve ya.

Maite se marcha vestida con el uniforme, algo mas de su talla, pero sin sostén, marcando pezones por la excitación, y llevando unas bragas de color violeta muy pero que muy húmedas tras ponérselas.

FIN DEL SEXTO Y ÚLTIMO CAPÍTULO.

Tus relatos tienen mas de 2000 visitas, felicidades!

A mi me han gustado.