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CAPÍTULO I

Españoles, Franco ha muerto.

Katia, que había encendido el televisor para escuchar las noticias de la mañana mientras desayunaba, se quedó paralizada. Estaba mojando un trozo de pan en el café cuando la sorprendente frase le dejó la cuchara a medio camino entre la taza y su boca. En esa fría y soleada mañana de invierno el sol entraba por entre las cortinas de la pequeña salita de estar, cuyo mobiliario consistía en un sofá de dos plazas, dos sillones y una mesa camilla, además de un mueble donde estaban un televisor Krim y un reproductor de video Sony Betamax. Katia, estupefacta por la noticia, se acercó a subir el volumen para enterarse mejor porque el altavoz fallaba últimamente y no se oía bien.

Ayer por la noche el portavoz de la RENA, comunicaba su muerte por televisión. El fallecimiento, que está siendo difundido a nivel internacional, será analizado en una reunión extraordinaria del Comité Central y se espera una respuesta en las próximas horas explicó uno de los dos presentadores del informativo.

Así es, Matías. Se espera que a lo largo del día nuestro líder, el camarada Carrillo, se dirija a la nación desde su despacho en el Palacio de la Revolución. Volvemos a mostrar la videograbación del comunicado que se emitió anoche desde Tenerife añadió su compañero.

En ese momento la imagen cambió y un presentador, con acento canario y entre lágrimas y voz compungida dijo lentamente:

Compatriotas de la República Española del Norte de África, Franco, nuestro caudillo, ha muerto. Dios lo tenga en su gloria y al lado de su hermano Francisco.

Katia no se lo podía creer. El anciano dictador Ramón Franco Bahamonde había muerto. Se acabó el café mientras veía un rato más las noticias. Seguía anonadada, casi en shock. Durante toda su vida el general Franco había sido para ella un malvado dictador que impedía que España siguiera unida y que se había vendido a los intereses del capitalismo para asegurar su supervivencia política durante casi cincuenta años en el poder. Ella misma había participado en manifestaciones universitarias en contra de la política colonial de la RENA en el norte de África y ahora que había muerto no sentía alegría, sino incertidumbre ante la nueva etapa que se habría ahora.

El otro presentador, Jesús, seguía hablando por televisión y comentándole a Matías que no había retransmitido otro hecho histórico igual desde la muerte de Nixon en Dallas y el sobrevuelo de la nave Zond alrededor de la Luna con dos cosmonautas a bordo. En ese momento apagó la televisión y se fue a su pequeño dormitorio a vestirse. Katia era alta y delgada, medía un metro y setenta y cuatro centímetros exactamente, según la última medición que le tomaron para ajustarle su traje espacial. Se quitó el pijama y las bragas y se puso un conjunto de bragas y sujetador oscuro. No eran lencería fina, porque eran del economato, pero abrigaban en un día frío como este. Eligió un pantalón negro que estilizaba su figura y un jersey con franjas negras verticales a juego con el pantalón.

Su pequeño apartamento contaba, por suerte, con un pequeño cuarto de baño con una bañera diminuta, un lavabo, un inodoro y un pequeño armario con puertas de espejo y luz que en ese momento usaba para arreglarse. Se pintó los labios de color rosa claro y se dio un poco de maquillaje en los pómulos y un poco de sombra de ojos. Se cepilló su largo pelo rubio y cuando hubo acabado sonrió y se guiño un ojo a sí misma en el espejo. La disposición del resto del apartamento era estándar y común a todos los bloques de pisos donde vivían los funcionarios del estado. Constaba de cocina, salita de estar, cuarto de baño y tres dormitorios: uno para su abuela, otro para su madre y otro para ella. Todo ello decorado con un horrible papel pintado con motivos florales que era común a todos los pisos. Se puso el abrigo y en vez de un bolso cogió su maletín de profesora donde guardaba todas sus notas de clase. Estaba ya lista para ir a la Universidad del Pueblo, donde enseñaba Astrofísica y Mecánica Orbital. Iba a abrir en ese momento la puerta del piso cuando su abuela salió de su habitación y apareció en el pasillo.

Acuérdate que luego me tienes que acompañar al mercado a comprar. Y tráete tu cartilla de cupones, que los del ejército siempre tenéis más raciones.

De acuerdo abuela. Pero ahora soy profesora de universidad, el ejército me tiene en la reserva y no creo que me vuelvan a llamar para que vuelva a pilotar un Mig o un Burán.

¿Un qué? Ah, sí, esos cacharros en los que te montabas. Una mujer decente debe casarse y tener hijos. Hay mi niña, que se te va a pasar el arroz

Abuela suspiró Katia eres imposible, luego te recojo, que tengas un buen día.

Tú también, mi pequeña.

Katia se paró en el quiosco de la estación para comprar el periódico. Su mente no hacía nada más que pensar en la noticia que había visto en televisión. ¿Qué pasaría entonces? ¿Serían ciertos los rumores que hablaban de un consenso internacional favorable a una futura reunificación? La Unión de Repúblicas Socialistas Españolas siempre había declarado como suyas Canarias, Ceuta, Melilla y el Sáhara, pero las naciones extranjeras, excepto las del Pacto de Varsovia, reconocieron a la RENA como país independiente y le dieron un asiento en la ONU. Como todas las mañanas, llegó a su despacho después de un viaje que incluí tranvía, metro y otra vez tranvía. Durante una hora y cuarto estuvo leyendo en La Verdad todo lo relacionado con la noticia del fallecimiento del general Franco. Todos los comentarios políticos se hacían siguiendo la línea fijada por el Partido, aunque cada periodista daba su toque particular usando distintos matices a la hora de tratar la noticia y sus ramificaciones políticas y diplomáticas. La que hubiera sido la noticia del día del periódico de cabecera de treinta millones de españoles, el nombramiento de su antiguo director José Luis Cebrián como Ministro de Información, había qedado desplazada a las páginas interiores. Cuando se bajó del último tranvía se quedó mirando interesada en la cartelera las nuevas películas, como Regreso al Futuro II. Habiendo visto la primera, no quería perderse el estreno de este fin de semana. Tanto le gustó Regreso al Futuro que tenía en su habitación un póster con el protagonista, Eric Stoltz, saliendo del DeLorean con cara de asombrado.

Nada más pasar por la puerta de su despacho, el número 2.71 de la Facultad de Física, se encontró con un gran sobre de la American Physical Society. El pegamento estaba un poco flojo, por lo que se imaginaba que al venir de USA cierto personal de Correos le habían dado ya el tratamiento al vapor (ha pasado por la sauna decían sus compañeros) para revisar que traía. Al leer la carta en inglés y ver los folios que la acompañaban, enseguida llamó a Valentina, su mejor amiga en la universidad, para contárselo.

Vamos, vamos, cógelo ya decía mientras daba tono el teléfono.

Aquí el laboratorio de Química Orgánica.

Hola, soy yo, sabes ¡¿adivina que me ha pasado?!

Hola Katia, cuéntame.

¡Me han elegido por primera vez para ser revisora de un manuscrito para el Physical Review Letters!

¡Enhorabuena! ¿De qué va?

Se llama Wormholes, Time Machines, and the Weak Energy Condition. Es de astrofísica, es otra forma de llamar a los puentes de Einstein-Rosen.

Solo te he entendido lo de Time Machines, mi inglés es peor que mi ruso, pero eso me suena a máquina del tiempo, como las películas que te gustan. ¿No te estarán gastando una broma?

¡Qué no! Además uno de los autores es Kip Thorne, tengo su libro de Gravitation, aquí en el despacho.

Bueno, pues suerte entonces. Ahora tienes más trabajo, además de corregir los exámenes de la semana pasada tienes que leerte un tostón en inglés.

Mira que eres sabes que no es lo mismo ser revisora de otra Acta Physica Soviética más que de un gran journal americano de prestigio

¡Chiss! ¡Calla! Nunca se sabe si el teléfono tiene orejas.

Estás paranoica. ¿Crees que iban a vigilar a toda una Heroína del Pueblo?

Torres más altas han caído

Qué pesimista que eres, tovaricha. Luego nos vemos para comer.

Hasta luego.

Hasta luego se despidió Katia.

Los exámenes eran fáciles de corregir, lo haría esa noche mientras veía la reposición en TVE de Návtvníci también conocida como Adam 84. Cuando se estrenó, la vio en ruso porque se entrenaba en Moscú para convertirse en cosmonauta. Ahora la vería doblada al castellano y la grabaría en videocasete para disfrutarla más veces.

Lada frente a DeLorean. ¿Quién ganaría? Se preguntó a sí misma en la intimidad de su despacho Difícil pregunta.

El Lada le traía mejores recuerdos. Condujo el de su novio ruso, Andrey, cuando volvían de un bosque a las afueras de Moscú. Allí, escondidos entre los pinos y la nieve invernal, habían hecho el amor. Sin embargo, le encantaría que Marty McFly le diera una vuelta en su DeLorean

Decidido: exámenes esta noche viendo la tele, Kip Thorne ahora.


Mientras Katia estaba centrada en la corrección del manuscrito, en Moscú se estaba celebrando una reunión, en la que sin saberlo ella, se acabaría decidiendo su futuro. Hacía un día horrible fuera, en la calle. Nieve, viento y temperaturas de menos diez grados bajo cero. Sin embargo, en esta pequeña sala de reuniones de un edificio administrativo a dos manzanas del Kremlin, un ambiente cálido y cargado de humo de tabaco envolvía a todos los presentes. En una esquina un samovar emitía un dulce aroma a té recién hecho, mientras en la mesa central cuatro hombres con sus respectivos asistentes formaban un pequeño comité, uno más dentro de la gran maraña administrativa que era la burocracia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Camarada Polianov ¿qué nos puede decir a los miembros de este comité acerca de la anomalía espacial? preguntó el presidente del comité.

Camarada Kulikosky, por fin hemos recibido las fotografías del satélite Kobalt que se destinó a la observación de la anomalía que orbita la Tierra. Se ha podido confirmar que dicha anomalía no es ningún objeto físico, sino algo mucho más extraño.

Camarada Polianov, ¿no nos estará sugiriendo que se trata de uno de esos supuestos objetos extraterrestres, un OVNI, con los que la prensa occidental desinforma a sus ciudadanos?

Pieter Polianov, presidente de la Academia de Ciencias, se paró un momento antes de responder al hombre de la KGB, Vladímir Putin, que acababa de regresar de Alemania del Este y había sido asignado como enlace en la comisión que estudiaba la anomalía que estaba en órbita alrededor de la Tierra.

No, camarada Putin, no es ningún platillo volante. Se trata de un fenómeno de la naturaleza, en concreto de una distorsión del espacio-tiempo.

¿Cómo, un agujero negro? preguntó el representante de RKK Energía.

No, creemos que se trata de un puente de Einstein-Rosen, un agujero de gusano, wormhole, como lo llaman los americanos. Con una entrada y una salida.

¿Cómo puede estar seguro de eso? preguntó Kulikosky.

Por las fotografías del Kobalt, se ve la distorsión en los límites de la entrada y una imagen muy distorsionada de lo que hay en la salida.

¿Y qué se ve a la salida? preguntó Putin.

Les voy a pasar copias de las fotografías del Kobalt, donde podrán ver como la anomalía situada sobre el océano Pacífico, tiene en su interior otra imagen donde se puede ver una costa distorsionada. Tras ser analizada por nuestros mejores especialistas en óptica y cartografía, se llegó a la conclusión de que era la costa occidental de África, cerca del golfo de Guinea.

Tras explicar esto, Polianov empezó a repartir las fotografías entre los presentes, aunque sospechaba que Putin ya habría visto las copias en la sede de la KGB. En las fotografías se veía una esfera que distorsionaba el océano Pacífico, enmarcando un disco oscuro, cuyo centro era una mancha de varios colores, azul y marrón. Al lado se veía una ampliación de la mancha central y en otra hoja la reconstrucción en blanco y negro de la costa africana usando algoritmos matemáticos.

¿Significa esto que hay otro objeto ahí fuera que es la salida? preguntó Kulikosky.

No hay más objetos. Se ha observado toda la órbita baja y solo se ha encontrado uno, que es una de las dos bocas del agujero de gusano remarcó tajante Polianov.

¿Dónde está la otra boca entonces? preguntó de nuevo Kulikosky.

Donde o cuando, es lo que están discutiendo ahora nuestros mejores físicos. Al ser una distorsión del espacio-tiempo cabe la posibilidad de que sea un portal a otro tiempo.

En ese momento la mesa se empezó a llenar de no puede ser, ciencia ficción, conversaciones cruzadas y Kulikosky tuvo que llamar a todo el mundo al orden.

¡Atención! ¡Silencio por favor! Dejemos este tipo de especulaciones a los físicos teóricos. Lo que está claro es que no conocemos la naturaleza exacta de este evento, por tanto habrá que ir a investigarla. ¿Estamos de acuerdo en eso?

Todo el mundo asintió, mientras seguían echando otro vistazo a las fotografías de la misteriosa anomalía.

Bien, habrá que enfocar este asunto de manera que podamos ofrecer al Secretario General un rumbo de acción que nos permita llevar a una nave a las inmediaciones de esta anomalía declaró decidido Kulikosky. Camarada Putin ¿los americanos están al tanto de este evento?

Nuestros informes sugieren que sí. Ha habido un lanzamiento no programado de un satélite espía y hay movimiento de generales yendo hacia Nevada, a un búnker en el desierto. Nuestros analistas concluyen que reuniones similares a la nuestra se están llevando a cabo allí.

Bien, eso ayudará a que se tengan en cuenta nuestras recomendacines. Camarada Tomanov, ¿podría lanzarse un Burán en los próximos meses para investigar dicho agujero de gusano? ¬preguntó Kulikosky al representante de RKK Energía.

Nuestra oficina lleva trabajando en un esquema de misión que implica el lanzamiento de un Burán con un Spiral en su bodega para misiones de contraespionaje de satélites. En una primera fase íbamos a analizar un satélite nuestro de telecomunicaciones, para ver si podíamos interceptar sus señales.

¿Cómo está el proyecto?

Muy avanzado, iba a ser la primera misión del segundo Burán que hemos construido, el cohete Energía está muy avanzado en su ensamblado y el Spiral también está ya en el hangar de Baikonur aclaró Tomanov.

Perfecto, solo queda quitarle la misión al Ejército Rojo, lo que no va ser fácil. ¿No es así camaradas? concluyó Kulikosky.

Si se me permite añadir algo pidió Putin.

Adelante dijo Kulikosky.

Es importante dejar claro a nuestro Secretario General dos cosas: Una es que los americanos están detrás de averiguar la naturaleza de la anomalía y que pueden preparar al transbordador Atlantis en pocas semanas para ir a investigarla. Este escenario está confirmado por nuestro análisis de inteligencia. La segunda es establecer claramente la naturaleza militar y secreta de esta misión. Los militares estarán al cargo del lanzamiento, pero el nuevo objetivo será distinto al planeado inicialmente. Los pilotos serán militares, así no nos enfrentaremos a ellos, pero nuestro especialista allí será alguien elegido por este comité y de nuestra entera confianza. Y por supuesto nada de mencionar en el informe final lo de los viajes en el tiempo.

Camarada Polianov, ¿quién podría volar a bordo de un transbordador Spiral y a la vez ser especialista en física gravitatoria? No creo que haya nadie en toda la Unión Soviética que reúna los dos requisitos en el corto espacio de tiempo que tenemos hasta el lanzamiento.

Polianov estuvo a punto de dar la razón a Kulikosky, pero en ese momento se acordó de una antigua doctoranda suya que llegó a ser cosmonauta y tripulante en el tercer Burán que voló al espacio y era perfecta para la misión.

Camarada Kulikosky, tiene razón. No hay nadie en toda la Unión Soviética que reúna los dos requisitos, pero si hay una candidata perfecta dentro del Pacto de Varsovia. Ella debe ser nuestra especialista en la misión.

¿La nieta de Koriolev?

La misma.

Hay un problema: ha surgido un incidente con España y el embajador ha pedido audiencia con Santiago Carrillo.

Un incidente, je, je. Dos cargueros llenos de naranjas podridas se rio Putin.

¿Naranjas podridas? ¬¬¬preguntó Kulikosky.

Sí bueno, como todo el mundo sabe, el 90% de las naranjas que entran en la URSS, proceden de España. Hasta ahora, metían producción buena y producción mala en sus envíos. No había problema, la mala la destinábamos a engorde del ganado. Pero en el último envío que llegó a Odessa solo llegó mercancía mala, coincidiendo, ¡vaya que casualidad! con las nuevas rebajas arancelarias de Francia. Ni que decir tiene que el Secretario General se piensa replantear los diversos programas de ayuda a España explicó Putin.

Interesante, quizás podríamos explotarlo a nuestro favor sugirió Kulikosky.

Ya veo por dónde quiere ir dijo Putin.

Camaradas, procederemos a enviar nuestro informe con las recomendaciones del camarada Putin, sobre los peligros estratégicos de la anomalía, la recomendación del camarada Polianov para que Ekaterina Korioleva sea nuestra cosmonauta y el informe del camarada Tomanov para usar el próximo lanzamiento del Burán en una misión conjunta con los militares. Nos volveremos a reunir tras mi reunión con el Secretario General. Se levanta la sesión.