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Los Peores Juegos de la Generación

Ha sido una larga generación y aunque hemos vistos grandes títulos, también hemos visto una considerable colección de mediocridades o títulos directamente malos

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Esta generación se acaba y aunque lo normal es celebrar sus virtudes, grandes momentos y los títulos más destacables que ha aportado, también es de recibo repasar algunos de los peores juegos que hemos visto durante estos largos años de generación, todos recordatorios importantes de que hacer un buen juego no es algo que esté nunca garantizado y que a lo largo del tiempo es normal encontrarnos muchos proyectos que se quedan muy por debajo de las expectativas. Hemos reunidos 25 títulos de entre los peores con los que nos hemos cruzado durante este tiempo, pero no son ni mucho menos todos los que son. Por ello queremos conocer también vuestras propias experiencias con ese título infumable con el que habéis tenido el "placer" de cruzaros y del que no os podéis olvidar por el mal rato que os hizo pasar, así que nuestra sección de comentarios y a través de twitter con el hashtag #meritruño, podéis compartir y exponer vuestros criterios.

Leisure Suit Larry: Box Office Bust (360, PS3, PC)

Un mal juego es un mal juego, ya genera suficiente fastidio saber que te has gastado el dinero en eso. Pero cuando además de ser un mal juego es también que toma el nombre de una saga querida y respetada por los aficionados, la sensación general es de estafa. No se debe de jugar con nombres clásicos y apelar a la nostalgia de los jugadores para vender un producto que no está a la altura de ese nombre y eso es desgraciadamente lo que pasó con los dos últimos Larrys. Dos proyectos que renunciaron tanto al responsable de la saga, AI Lowe, como a su esencia como aventuras gráficas, resultando además en auténticas aberraciones sin gracia, sin carisma, sin entender lo que hacía tan entrañables las andanzas de Larry, tratando de insertar burdos minijuegos "picantes" para tentar las hormonas del jugador. Box Office Bust fue el segundo de estos intentos, después del muy mediocre Magna Cum Laude. Era difícil hacerlo peor, pero Box Office Bust lo consiguió ofreciendo algo que no se conformaba con ser una mala copia de la esencia de los juegos de AI Lowe, sino que era simple y llanamente, un mal juego, lleno de problemas, casi injugable y bastante lamentable en líneas generales. Confiamos en que el remake de Land of the Lounge Lizards original con AI Lowe, esta vez sí, supervisando, recupere para un nuevo público el carisma y humor de esta gran saga.

American McGee Presents Bad Day LA (PC)

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Bad Day LA tenía una interesante premisa, una especie de crítica social hacia la paranoia por la seguridad y el resultado de ver a la sociedad sumida en el caos. Pero a pesar de sus buenas intenciones, todo eso quedó encerrado en un juego lleno de defectos. Sus gráficos eran simples y toscos pese a que intentaba por todos los medios tener personalidad propia con un estilo Cartoon diferente, pero no lo bastante atractivo. Era un juego lineal, sin gracia, corto y sus intentos de crítica social se limitaban a una serie de burradas en forma de diálogos y situaciones absurdas como combates con hamburguesas gigantes y situaciones que más que sátira quedaban como meramente ofensivas. Un juego olvidable a todos los efectos y seguramente el peor con el sello "American McGee" -aunque en realidad, al igual que con Scrapland, ese nombre era más una promoción que una señal de que el ex de id hubiera tenido un gran papel en  el desarrollo del juego, que no lo tuvo-.

Rogue Warrior (360, PS3, PC)

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Posiblemente uno de los mayores errores de ZeniMax en una generación en la que ha dado un gran salto adelante como productora gracias al buen hacer de Bethesda y a la compra de estudios como Arkane e id. Desarrollado por Rebellion, más bien terminado por ellos ya que el proyecto pertenecía originalmente a otro estudio, Rogue Warrior pretendía crear un juego de acción de toque realista, mezclando elementos de acción en primera y tercera persona con un toque de sigilo -que en la práctica resultaba más bien inútil-. El gran atractivo estaba supuestamente en su protagonista: Richard Marcinko -con el aliciente de la voz de Mickey Rourke- una leyenda real del ejército estadounidense, cuya participación en el proyecto iba a proporcionar al juego un halo de credibilidad e interés. Las intenciones quizás eran originalmente esas y el juego no es un desastre ni es incompetente en sus mecánicas, pero la triste realidad es que era un juego de dos horas (siendo generosas), una cantidad de tiempo paupérrima incluso en una generación que ha destacado por algunas campañas particularmente cortas. Para más inri, tampoco contaba con un multijugador o una rejugabilidad que justificara esa circunstancia, terminando así de completar un producto muy poco recomendable a su precio original.

Dragon Ball Evolution (PSP)

¿Qué se puede decir de uno de los peores juegos de los últimos años? Dragon Ball Evolution ya nace condenado por estar asociado a esta película, de la que nada bueno puede salir. Los muchos aficionados que no pudieron resistir la curiosidad de ver cómo había quedado la versión real de las aventuras de Son Goku encontraron algo que superaba en mucho sus peores pesadillas, y lo cierto es que el juego basado en la película es todavía peor. 11 de los personajes más feos y peor animados recreados jamás en un juego de lucha, frente a frente en algunos de los escenarios más insípidos conocidos por el ojo humano, aderezados por la IA más lamentable vista jamás en un One Vs One y todo aderezado por un modo historia de 30 minutos. A todo hay que sumar el anticarisma que desprenden los personajes de ese atentado a la obra de Toriyama y una banda sonora que hará que te sangren las orejas para finalmente rendirse ante la evidencia de que es uno de los peores juegos que puedes encontrarte. Tanto si eres seguidor de las andanzas de Son Goku o te gustan los juegos de lucha, o si simplemente eres una persona que valora su tiempo, harás bien en mantenerte lejos de él.

Thor (Multi) 

Thor es un arquetipo perfecto del motivo por el que los juegos basados en películas se han visto empujados al exilio y al descrédito definitivo. Y es curioso porque son años, décadas, en los que hemos visto intento de lo más zafio de colarnos auténticos bodrios con la promesa de extender el disfrute que hemos tenido de ver una película de éxito. Pero ha sido esta generación, con el aumento de exigencia e inversión a la hora de producir juegos, cuando el fenómeno ha tenido que batirse en retirada del mercado tradicional -desplazándose, eso sí, a móviles y Facebook, más económicos-. Thor es realmente un juego sin alma, sin interés por sí mismo, sin capacidad de hacer algo interesante con el mítico personaje de Marvel, con su historia o con sus habilidades. Es corto, soso y aburrido, un juego hecho porque tenía que hacerse en el plazo que tenía que hacerse, sin una chispa que lo eleve de la mediocridad y que no es ni siquiera técnicamente competente. Un completo desastre.

The Expendables 2 (360, PC, PS3)

The Expendables y su secuela, como películas, son una celebración del cine de acción de los 80, de sus héroes, de sus chascarrillos, de su capacidad para divertir a base de explosiones y acción rica en testosterona. El videojuego de la segunda parte quería también ser también un homenaje a tantos juegos inspirados por esas películas y personajes, a esos Contra, Commandos, Mercs y tantos otros Run & Gun de la época. Ciertamente, la intención parecía ser esa, ofreciendo un juego de perspectiva aérea y esencia arcade que reflejara el espíritu de la película y sus personajes, pero cuando tienes un juego de moverte y disparar en el que falla el movimiento y el disparo no es satisfactorio, poca esperanza hay. Completamente falto de ritmo, lento, tosco, con unas animaciones que dan risa y para colmo de males ni siquiera cumple su misión como servicio de fan, contando con sólo cuatro protagonistas -Lungdren, Terry, Stallone y Li- y sólo Lungdren y Terry pusieron sus voces para el doblaje original. Un juego bastante mediocre, con buena intención pero una pésima ejecución.

Bomberman: Act Zero (360)

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Cuando los Simpson seguían siendo geniales, había un capítulo inolvidable dedicado a un nuevo personaje de "Rasca y Pica": Puchi, al que daba voz Homer y que había sido diseñado para parecer "moderno y actual". Era un capítulo perfecto para ilustrar una tendencia clásica en  las series veteranas estadounidenses de introducir elementos forzadamente "modernos" para no quedar desfasados o  intentar atraer a nueva audiencia. Bomberman: Act Zero es el equivalente perfecto en el videojuego a eso, un caso tan surrealista como si Nintendo decidiera que para modernizar a Mario tenían que equiparlo con una armadura de Marine Espacial y reproducir su mundo con gráficos fotorealistas. ¿Exagerado? puede que cuando Act Zero apareció, Bomberman estuviese en plena cuesta abajo, pero estamos hablando de un personaje con más de 25 años a su espalda, que ha aparecido en prácticamente todas las plataformas habidas por haber, fiel mascota de Hudson y protagonista de extraordinarios juegos, especialmente en multijugador. Al margen del ridículo aspecto "moderno" de Act Zero, ni siquiera consigue ser un buen Bomberman, empezando por la ridiculez de una cámara que no es efectiva a la hora de seguir la acción, algo que ya de por sí arruina cualquier intento de reproducir la esencia de esta saga. Un juego olvidable que marcaría desgraciadamente la recta final de Hudson y del propio Bomberman.

X-Men Destiny (360, PS3)

El último juego conocido de Silicon Knights, un título que marcaría el fin del estudio canadiense que hace unos años parecía estar en posición de comerse el mundo, primero como second party de postín de Nintendo, con clásicos como Eternal Darkness y posteriormente con Microsoft, con un Too Human que apuntaba a una de las trilogías más potentes de la generación. Pero Too Human fue una decepción y a partir de ahí han sido todo desgracias para el estudio de Dyack, con la trilogía de Too Human cancelada, al igual que varios proyectos, incluyendo una tentativa de volver a Eternal Darkness. Se cuenta de hecho que el estudio nunca tuvo interés en X-Men Destiny, un juego hecho por encargo y que las malas lenguas dicen que el estudio estaba aprovechando para desviar financiación a otros proyectos propios. Visto el resultado, lo cierto es que es difícil pensar otra cosa. Es un esqueleto de juego, apenas funcional, con una IA inoperante, terriblemente sencillo, un diseño visual terrible y un elemento de rol que se promocionaba al principio como el gran aliciente del juego -formar parte de los X-Men como un nuevo mutante, compartiendo espacio con los pesos pesados- pero que en la práctica quedaba en nada. Un mal final para un estudio que durante muchos años parecía que iba a ser algo grande.

Mobile Suit Gundam: Crossfire (PS3)

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Los juegos de lanzamiento de una consola siempre son complicados y es generalmente un momento propicio para ver auténticos desastres, especialmente cuando son lanzamientos complicados como el que tuvo PlayStation 3. La dificultad en el desarrollo de la plataforma propició que la primera generación de juegos para ella no fuera nada particularmente destacable, con títulos muy por debajo de la expectación lógica de un nuevo lanzamiento de consola como fue el caso con Genji 2. Pero en el caso de Gundam: Crossfire la palabra "decepcionante" se queda corta, era un juego terriblemente aburrido, incapaz de ofrecer algo  interesante con la popular licencia que le daba nombre, con unos gráficos horribles -es realmente increíble lo lejos que ha llegado PS3 respecto a sus primeros juegos-, con unas animaciones muy toscas, un escenario carente de interés o detalle y un desarrollo monótono y cansino que al final acababa por desesperar incluso al más incondicional de la licencia. Con seguridad, el peor juego de inicio de PS3 y uno de los peores de la plataforma en general.

Superman Returns (MULTI)

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Definitivamente, el hombre de acero no tiene mucha suerte en materia de videojuegos, seguramente porque diseñar un juego alrededor de un personaje en "modo dios" por defecto no se presta a grandes retos. En el intento han caído toda clase de mediocridades e incluso un juego que está entre los habituales cuando se habla de "los peores títulos de la historia" -el infame Superman 64 por supuesto-. Superman Returns puede decir que es de los mejores de su familia, lo que no deja de ser una victoria pírrica dado que "lo mejor" está bastante lejos de un buen juego. Las ideas e intenciones son buenas: sandbox, dejar a Superman una gran Metropolis por la que volar y cumplir misiones de diferente índole, enfrentándole a algunos de los villanos más característicos de su inverso como Bizarro o Lex Luthor. Pero a la hora de la verdad, el juego se vuelve repetitivo y carente de interés, acompañado por severos problemas técnicos que dañan la impresión general y condenan al título a otro más en la larga lista de héroes que muerden el polvo ante el reto interactivo.

Amy (360, PS3)

La escena independiente se ha convertido en una fuente constante de satisfacciones durante estos últimos años, ofreciendo títulos fantásticos, originales e interesantes que llenan huecos que las super producciones no pueden llenar. Pero ser indie no es garantía de calidad y son muchos los casos un proyecto interesante decepciona, aunque pocos lo han hecho tanto como Amy. En plena desintegración del concepto puro de los Survival Horror, Amy prometía un regreso a las esencias, un juego en el que la supervivencia era cuestión de inteligencia y cautela, en donde las protagonistas eran frágiles y vulnerables ante una amenaza imposible de afrontar, con una interesante relación entre ellas además, necesitándose mutuamente para sobrevivir. Pese a sus buenas ideas e intenciones, el resultado final es bastante decepcionante, especialmente en aspectos técnicos en donde el juego fue un auténtico desastre, muy inacabado, con bugs graves y evidentes, además de problemas más generales de ritmo y mecánicas que no permitían el pleno disfrute del título.

Quantum Theory (360, PS3)

Uno de los grandes problemas de la industria japonesa durante los últimos años ha sido el fijarse demasiado en lo que hacía occidente, pensando que tenían que imitar ciertas tendencias para alcanzar un necesitado éxito internacional. Quantum Theory es la quintaesencia de esa mentalidad, ni más ni menos que un intento de crear un Gears of War "a la japonesa" siguiendo las convenciones propias de los títulos de acción en tercera persona que hemos visto bastante en esta generación. Con un guión casi incomprensible y la novedad de tener a dos personajes protagonistas capaces de compenetrarse entre sí, el problema principal de Quantum Theory es un desconocimiento general de cómo crear enemigos y situaciones interesantes para esta clase de títulos, además de ser un juego visualmente feo e incapaz de ofrecer nada remotamente interesante en ninguno de sus apartados. Es una mala copia de los juegos que pretenden imitar y por tanto su interés resulta más que limitado.

TMNT (360)

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Generalmente, los juegos que peor sabor de boca dejan no son los títulos desconocidos que pasan sin pena ni gloria, sino los juegos de los que se espera algo y luego resultan ser una completa decepción. TMNT venía proclamando que iba a recuperar el gran legado de las Tortugas Ninjas dentro de los Beat’em Up, con varios títulos de peso en recreativas y otra plataformas. En concreto, iba a recuperar un juego en concreto: Turtles in Time de Konami, uno de los grandes Beat’em Ups de su época y un auténtico imán para las monedas gracias a sus vibrantes gráficos, gran banda sonora, demoledores efectos de sonido, un gran uso de la licencia de dibujos animados y a su fantástico modo de cuatro jugadores. Este TMNR quiso recuperar y modernizar ese legado, pero lo que dejó fue algo sensiblemente peor. Más corto, más simplón cuando el original proponía un reto más notorio -fundamentalmente por una IA que se había ido de vacaciones, tiene narices que un arcade de los 90 supere a un juego del 2009 en ese aspecto-. Gráficamente no estaba mal resuelto, pero tampoco consigue el carisma ni ese acercamiento a la serie de dibujos animados de los sprites originales que lo hacía tan vistoso, hay algo de genérico en los 3D que usa este título. Total, una burda copia peor en todos los sentidos al original que hace plantearse cuál era exactamente el motivo de hacer esto en primer lugar.

Golden Axe: Beast Rider (360, PS3)

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Se ha comentado ya a lo largo de este texto, pero hay que insistir en que nada produce más desazón en el jugador experimentado que ver un nombre clásico sacado de malas maneras de su plácida tumba y arrastrado a un juego que no está a la altura de un legado. Golden Axe es un Beat’em Up que estaba entre lo mejor de su época gracias a sus imaginativos entornos -esa tortuga gigante...-, combate muy variado dentro de su género- golpes normales, en carrera, en salto, monturas, diferentes conjuros...- y una inolvidable banda sonora que nos ponía adecuadamente en el camino de nuestra épica aventura. Beast Rider dibuja algunos paralelismos con el original, pero a la hora de la verdad tiene poco que ver, siendo un Hack’n Slash bastante lejos del nivel de brillantez de los Golden Axe originales, con un muy pobre sistema de cámaras y un combate poco trabajado y repetitivo. Por no haber no hay ni siquiera la posibilidad de elegir entre diferentes personajes como ha sido tradicional en la serie desde sus mismos comienzos. A cierto nivel se puede argumentar que en el fondo la estructura es similar a -avanzar y acabar con el enemigo-, pero la diferencia fundamental es que el original estaba en lo más alto de su categoría cuando salió, mientras que este Beast Rider no llega ni de lejos a ese nivel, lo que lo hace más decepcionante todavía. Si vas a usar un nombre clásico, lo mínimo es apuntar a algo que le haga justicia.

Legendary (360, PC, PS3)

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El argumento de Legendary prometía, un FPS en tiempos modernos pero con elementos fantásticos, en el que el protagonista debía luchar contra todo tipo de criaturas mitológicas tras abrir por accidente la caja de Pandora. El juego, mirado en conjunto, llega a un nivel casi aceptable, ya que la campaña gana madurez y buenos momentos según se va desarrollando, dejándote incluso con un aceptable sabor de boca. Pero no se puede ignorar que tiene también uno de los peores comienzos vistos en un videojuego en los últimos años, con explosiones de dificultad y enemigos que aparecen sin cesar y que saturan al jugador que se las tiene que ver y desear para seguir avanzando. También es un juego salpicado de problemas técnicos, con una mala optimización de control y que en el fondo resulta bastante aburrido en líneas generales pese a los contados buenos momentos de enfrentamientos contra criaturas gigantes. Seguramente no es el peor juego visto en este artículo, pero teniendo en cuenta que estamos hablando del género por excelencia en esta generación, con mucho donde elegir, Legendary se hace particularmente olvidable.

Sonic The Hedgehog (PS3, 360)

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Uno de los mayores chascos de esta generación sin lugar a dudas, es casi milagroso que Sonic se haya podido recuperar de este despropósito de juego, que muchos llegaron a considerar como la tumba definitiva de la mascota de Sega. Lo curioso es que la promesa original era buena, los vídeos iniciales prometían un regreso de la velocidad, grandes mundos tridimensionales por los que Sonic podría volar a con sus zapatillas rojas. Pero en vez de ceñirse a la pureza de la fórmula original, el estudio decidió añadir una vez más personajes y mecánicas nuevas sin ton ni son como las implementadas con Silver, un nuevo personaje jugable dotado de poderes telequinéticos que aportaban poco o nada a lo que debía ser un juego de esta saga. Pero al margen de este tipo de adiciones innecesarias, el problema fundamental de Sonic 2006 era técnico: una enorme cantidad de bugs, tiempos de carga increíblemente largos, cámaras desastrosas que hacían que el pobre Sonic se despeñase a cada paso. Y para colmo de males, la historia más ridícula vista jamás en la saga -que ya es decir, no es que Sonic se haya caracterizado por la fuerza narrativa de sus juegos precisamente-. El resultado fue el peor juego de la decana serie y uno que ha sido objetos de mofa durante todos estos años de larga generación. Afortunadamente, la serie ha recuperado el pulso con los años y ha conseguido restablecer su dignidad.

Turning Point: Fall of Liberty (360, PC, PS3)

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La premisa de Turning Point no es el colmo de la originalidad pero tenía su miga. En un pasado alternativo donde Winston Churchill muere en un accidente de coche, la Alemania Nazi logra conquistar el viejo continente y se embarca en una guerra con Estados Unidos. A partir de ahí se desarrolla un FPS tremendamente olvidable, repleto de imperfecciones, con una IA paupérrima, unos controles imperfectos que nunca nos dejan disfrutar de una buena experiencia de combate, un apartado técnico realmente pobre y algunos problemas de diseño evidentes que hace que ciertas zonas del juego sean un ejercicio de frustración. Las sensaciones son las de  un juego que le venía demasiado grande a su estudio que, por cierto, son los mismos que Legendary -cosas como el control o la falta de acierto a la hora de crear un buen ritmo de juego son compartidas así que no es de extrañar-. Parece ser que el estudio se ha reconvertido, añadido sangre fresca y ahora está con nuevos desafíos como Lost Planet 3 para Capcom y el futuro Yaiba: Ninja Gaiden Z, así que habrá que ver si se han recuperado definitivamente de esos baches.

Seduce Me (PC)

Uno de los más recientes de este artículo, y también de los peores. Bajo el pretexto de una historia adulta de sexo y seducción y con una buena presentación visual, Seduce Me se desinfla a marchas forzadas viendo las extrañas mecánicas por la que el protagonista consigue intimar con las fabulosas invitadas a una mansión en el mediterráneo. Las conversaciones triunfan o fracasan jugando a simples y poco divertidos juegos de cartas. El desarrollo es monótono y aburrido, la “historia” no tiene ningún fundamento, las conversaciones con las damas no tienen un gran recorrido y las escenas de sexo son incluso sosas, faltas de toda animación -aunque, eso sí, muy explícitas-. Jugar a Seduce Me es un ejercicio de tedio que no merece el esfuerzo por ver unas cuantas ilustraciones picantes.

Haze (PS3)

Haze fue otro de los grandes chascos de la generación, particularmente por su condición de exclusividad y por estar a manos de Free Radical Design, los creadores de TimeSplitters, con una contrastada trayectoria en el género. Además llegó en un periodo en que PS3 perdía bastantes exclusivas de la época de PS2 a manos de una 360 mejor posicionada, así que muchos aficionados vieron en Haze la posibilidad de tener un juego exclusivo que aprovechara las todavía poco explotadas cualidades de la máquina. También se generó bastante expectación por una historia que se prometía original, con connotaciones morales y giros inesperados. Pero el tiempo pasaba, el proyecto acumulaba retrasos, las demostraciones que se veían distaban de ser convincentes y finalmente llegaría la confirmación en forma de un juego incluso por debajo de las ya bajas expectativas después de ver las señales. Bugs a diestro y siniestro, IA tremendamente pobre, un motor físico de pena, gráficos muy lejos del nivel esperado y toda una serie de imperfecciones que hacen que un FPS no pueda resultar divertido de ninguna de las maneras. Una gran decepción y una condena de muerte para el estudio británico, que acabaría comprado por Crytek.

Dragon Ball Kinect (360)

Quizás, en un futuro, Kinect sea una tecnología lo suficientemente precisa para que podamos controlar adecuadamente un juego de lucha con reacciones rápidas, pero eso será en un futuro. El presente está perfectamente representado por este Dragon Ball Kinect que es uno de los grandes representantes del fracaso de este periférico a la hora de tratar ciertos tipos de experiencias más tradicionales. Un juego de lucha en el que el personaje no reconoce adecuadamente los comandos del jugador es un fracaso de partida que ni Son Goku puede salvar. Pero además, a sabiendas de eso, Dragon Ball Kinect intenta por todos los medios minimizar el combate y la variedad de movimientos entre personajes a lo mínimo imprescindible, intentando simplificar al máximo para encajar el particular sistema de control por cámara, lo que a la postre genera un juego carente de profundidad o interés.  Más allá de la satisfacción de soltar un Kame Hame gritando a pleno pulmón frente al televisor, no tiene más que ofrecer.

Steel Battalion: Heavy Armor (360)

Otro de los juegos de Kinect que demuestra que la tecnología no está madura para según qué tipo de cosas. La idea es crear un conflicto armado precuela del título original de Xbox, pero cambiando el enorme y fantástico panel de control de tu mecha gigante por los controles gestuales capturados por la cámara. Los gestos controlan diferentes funciones de tu máquina de guerra, pero el problema principal es que muchas veces los gestos se confunden y acabas haciendo cosas sin sentido en medio de la batalla. Ya es bastante ridículo que para pulsar una palanca imaginaria tengas que hacer el gesto delante del televisor, hay que echarle bastante imaginación al asunto para que eso sustituya a un control sólido, físico y tangible. Pero si encima el gesto es detectado como otra cosa que además te acaba costando la partida, no se puede hablar de otra cosa que no sea “fracaso”. Si en un futuro Microsoft consigue una reproducción 100% perfecta de nuestros movimientos, puede que esta experiencia pueda alcanzar su verdadero potencial pero, de momento, nadie que tenga el monumental mando de 200 dólares del juego original de Xbox querrá cambiarlo por lo que ofrece Heavy Armor.

Inversion (360, PS3)

Una copia de un original tiene que ser realmente muy bueno para destacar, y en el caso de Inversion, la comparación con el juego en el que está obviamente inspirado -Gears of War- le queda muy grande. Por supuesto, los clónicos intentan buscar esa idea genial que los distinga y les permita decir que no son meras copias, lo que en el caso de Inversion se traduce en un arma con la que se puede alterar la gravedad para conseguir diferentes efectos como forzar al enemigo fuera de la cobertura. En la prácticas, esas acciones quedan bastante limitadas y al final no consiguen hacer nada verdaderamente interesante con ella. Con la poca relevancia de la novedad principal de Inversion, el resto queda en un shooter en tercera persona sensiblemente peor y más aburrido a las muchas ofertas que hay en el género durante esta generación. El combate es poco satisfactorio, los gráficos quedan bastante por debajo de otros juegos en su categoría y en general el juego destila mediocridad, incluyendo un modo multijugador bastante poco equilibrado. ¿Puede ser entretenido? sí, como casi todo, pero es uno de esos títulos tan poco reseñables que a un mes de lanzamiento ya quedaba olvidado para siempre.

Hour of Victory (360, PC)

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En su día, nuestro análisis decía en su primer párrafo: “Definitivamente hay dos razones por las que existe Hour of Victory: la primera, porque para considerar que un juego es bueno tiene necesariamente que haber otro con el que compararlo y que sea malo. La segunda, que la vida es diversidad y el título que distribuye Midway está en el mundo porque tiene que haber de todo”. Hour of Victory tiene el triste honor de ser el peor FPS basado en la 2ª Guerra Mundial hecho jamás -y hay unos cuantos-. Como otros juegos vistos en este artículo, Hour of Victory aúna valores de producción por los suelos, un desarrollo aburrido, sin chispa y derivativo, junto con poblemas típicos que distinguen a los malos FPS: IA muerta o toneladas de bugs que van minando poco a poco nuestras ganas de seguir jugando. Por no tener no tiene ni gráficos a la altura de un juego de su época, y sólo una acertada banda sonora consigue dar algo de lustre al conjunto.

Family Guy: Back to Multiverse (360, PS3)

Las licencias suelen estar entre los peores juegos posibles que puedes encontrar -no siempre, pero como media está ahí-, esa es una realidad aceptada por cualquiera con unos años en esto del videojuego. Justo ahora que hemos visto uno de los momentos de gloria de Seth MacFarlane presentando los Oscars, este juego recuerda que no hay nada a salvo del cínico intento de explotar a los fans, ni siquiera Padre de Familia. La serie es irreverente, gamberra y no sabe lo que es una “línea que no puede cruzar”, pero este videojuego convierte a los célebres personajes en tristes parodias de sí mismos, soltando frases que buscan desesperadamente la aprobación del fan mientras lo llevan por una aventura insustancial, corta y repetitiva, sin ninguna gracias, sin nada fresco o que indique que se ha hecho un verdadero esfuerzo de captar la esencia de la serie. Habrá que confiar en que el futuro juego de South Park marque el camino a seguir.

Ninety Nine Nights II (360)

El camino de Xbox en Asia en general y Japón en particular es un camino de desgracias en su mayor parte. Desde grandes juegos financiados por Microsoft que no han conseguido el éxito que merecían hasta títulos infumables que la compañía americana ha protegido pensando en llenar huecos importantes dentro de su catálogo. Ninety Nine Nights respondía al deseo de la compañía de tener su propio Musou para su consola, pensando específicamente en un Japón donde este género es sinónimo de valor seguro. Pero la realidad es que para todo hay que valer y no es fácil hacer títulos que destaquen en un género que se va renovando año tras año cons distintos títulos y giros a una fórmula que ha demostrado tener mucho recorrido. NNN II falla no por pretender copiar la fórmula de Omega Force, sino por hacerlo mal, por no poner un reto interesante, por no dar suficiente variedad al combate y a las situaciones, por dejar pasar multitud de fallos técnicos y en definitiva por ser un título aburrido y monótono, que es lo peor que se puede decir de un producto destinado a entretener.

007 Legends (360, PS3, PC, Wii U)

El último de la lista es también de los más recientes y otro juego que ha supuesto una gran decepción porque se esperaba mucho más de él. No se esperaba que fuera un clásico, claro, pero con el 50 aniversario de la saga del espía de su majestad y la promesa de que íbamos a poder revivir algunos de los mejores momentos de la película en forma de videojuego, había cierta expectación para el fan de que iba a poder disfrutar de al menos una experiencia satisfactoria. Pero el resultado final no consigue ofrecer nada interesante o ameno como FPS. Es una experiencia genérica, con grandes torpezas como su sistema de sigilo, técnicamente muy por debajo del nivel que debería tener viendo la competencia. Pero lo peor de todo es la sensación de que podría ser un juego de cualquier cosa de tan genérico que es, se supone que un juego que celebre el aniversario de algo tan icónico como James Bond se podría permitir una gran personalidad propia y aportar ideas interesantes para hacernos sentir dentro de las aventuras de 007, pero lo que tenemos aquí es un FPS genérico que lo mismo valdría para cualquier película de acción y tiros que se nos ocurriese. Una pena que un estudio con tanta historia como Eurocom se despidiera para siempre con esta obra.