Prince of Persia: Sands of Time, Impresiones (Xbox)

En estos tiempos de secuelas, escuelas y precuelas, Ubi Soft se prepara para devolvernos a nuestras pantallas de juego a uno de los clásicos más grandes de la historia de los videojuegos. El Príncipe de Persia regresa en el siglo XXI. ¿Estaremos preparados?

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Lo que tenía ante mis ojos no dejaba lugar a dudas. Unos gráficos magníficos, unos movimientos detallados como nunca los había visto, unos escenarios enormes, intrincados, repletos de trampas y recovecos, que ponían a prueba toda tu perspicacia. Y unos soldados árabes armados con cimitarras dispuestos a acabar con tu vida. ¡Qué despliegue jugable! ¡Que auténtica maravilla! Como muchos ya habrías adivinado sin necesidad de ver el título del avance se trataba de Prince of Persia, una fantasía jugable que nos regaló Jordan Mechner. Su juego revolucionó la industria de los videojuegos, con un éxito sin precedentes por aquellas fechas y que se convirtió en un estándar a seguir por el resto de compañías.

Pero claro, los videojuegos han evolucionado mucho desde entonces. ¿Cuánto? Y tras hacerse esta sencilla pregunta comenzaron a buscar referencias en videojuegos que se hubiesen inspirado en el primer Prince of Persia. Retroalimentación le llamamos a esto. Comenzó el estudio de casos y se fueron tomando notas del éxito de juegos como Tomb Raider o Devil May Cry, claramente influenciados (sobre todo el primero) por el estilo de juego y por las claves del éxito que desde Ubi Soft proclamaban. Shinobi, Onimusha e incluso futuros éxitos como el espectacular Ninja Gaiden que nos traerá Tecmo a lo largo de este año, fueran examinados bien por su estilo de lucha, por su juego de cámaras o por su grado de inmersión e interacción con el jugador. Todo con tal de asegurar el éxito del Príncipe.

¿Y qué decir de Hollywood? La fusión cine-videojuego es hoy en día realmente patente, influenciándose ambas industrias en ideas y técnicas. Así el cine de acción de Hong Kong fue una referencia clara para Ubi a la hora de reflejar los movimientos del Príncipe en la pantalla así como las espectaculares coreografías de lucha; el universo Matrix les inspiró ciertos efectos que verán la luz en el juego, como la ralentización de los movimientos durante los combates; y la serie Die Hard, del incombustible Bruce Willis, les dio la idea de la evolución del personaje, de su crecimiento tanto físico como mental y que está presente en el juego.

La respuesta al pad es  prácticamente perfecta, presentando un control realmente intuitivo para todo tipo de jugadores, pero con un grado de profundidad sorprendente, así como un nivel de interacción con los escenarios como pocas veces podemos ver en un videojuego.

Como todo Príncipe de reino que se tenga en estima, la expansión territorial siempre es un ejercicio recomendable para perpetuar su legado. A mandos de su poderoso ejército, parte de su hogar en busca de poder y riquezas en las tierras vecinas. Pero entre tan majestuosos tesoros escondidos en valles y montañas, se esconde la arena del tiempo (las sands of time, que dan título al juego), que es recuperada de su escondite por nuestro osado héroe. Inconsciente de su poder, el simple descubrimiento de tan poderoso elemento, capaz de corromper las almas más pías del reino, pondrá en un serio aprieto su hegemonía en las tierras de Persia.

Nuestro padre, el rey, asombrado al ver tan extrañas arenas, decide repartir su poder entre sus súbditos más leales, abriendo con ello la caja de Pandora que debemos cerrar durante nuestra aventura. Sin embargo, la presencia de semejante poder no es testimonial, sino que sus efectos tendrán un importante rol en el desarrollo épico de nuestra odisea. Los enemigos cegados por dicha arena deben ser sacrificados con la daga del tiempo, la cual nos permitirá, poco a poco todo hay que decirlo, ir recobrando el dichoso elemento que nos hará jugarnos la vida en cientos de ocasiones.

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Según vayamos recuperando la arena iremos obteniendo diversos poderes que serán realmente útiles durante nuestra aventura. El primero de ellos será un peculiar tipo de visión que nos permitirá observar lo que tenemos delante desde la perspectiva de una ave y que activamos con el botón blanco del pad. El segundo poder es el conocido tiempo-bala que tan de moda puso en los videojuegos Max Payne, y que nos permite pensarnos mejor qué hacer en los momentos de más acción.

El tercero en discordia es llamado Compasión, con el que seremos capaces de rebobinar el tiempo a nuestro antojo; los dos últimos, congelación y súper congelación nos permiten congelar a un enemigo o a todos los presentes en pantalla, y así terminar velozmente con sus míseras vidas. Dichos poderes, como habréis imaginado, son de carácter temporal y dependen de la cantidad de arena que hayamos recuperado deshaciéndonos de enemigos. Por tanto, tendremos que luchar como auténticos jabatos si queremos enriquecer nuestra experiencia jugable e incrementar nuestras posibilidades de salir victoriosos de tan azarosa aventura.

Al igual que las versiones de PC y PS2, el juego vendrá completamente traducido y doblado al castellano, con unas voces más que interesantes que nos permitirán seguir cinematográficamente el argumento del juego. No existen mayores añadidos para la versión Xbox, como opciones para Xbox Live, aunque sí un soporte para Dolby Digital 5.1 y una mayor nitidez en los gráficos que en la versión PS2, aunque sin llegar al techo visual que puede lograr la caja negra de Microsoft.

A este respecto si podemos añadir que el nivel visual es excelente pese a ser un título multiplataforma. Aunque el trabajo de texturas podría haberse mejorado, los fantásticos efectos que se dan al jugar con el tiempo, las soberbias animaciones del protagonista y el excelente diseño de los escenarios lo sitúa a un nivel muy alto. Destacan también algunos efectos de luces así como la recreación del fuego, sin menospreciar por ello ningún otro aspecto, ya que todos rozan el sobresaliente.

Resumiendo, Prince of Persia: The sands of time, presenta una preciosa mezcolanza de acción y aventura, con unos gráficos de notable calidad, efectos de luces made in Ubi, una fluidez de movimientos digna de ver, gran cantidad de enemigos, final bosses duros de roer, escenarios enrevesados, saltos imposibles, puzzles que pondrán a prueba nuestra pericia y una historia dispuesta a asombrarnos en cada paso que demos. A pesar de la tardanza, la escasez de juegos de este género en nuestra Xbox, es de agradecer que un título de indudable calidad como éste pueda ver la luz en nuestra consola.

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