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Drive Girls

Drive Girls

  • PlataformaPSV4
  • GéneroConducción, Acción
  • DesarrolladorTamsoft Corporation
  • Lanzamiento26/05/2017

Análisis Drive Girls

Tamsoft intenta aprovechar el tirón de Senran Kagura para colar un título mediocre que capitaliza los elementos más reconocibles de su franquicia estrella: Hack&slash y grandes pechos. El resultado, por desgracia, no está a la altura.

Actualizado a

¿Este juego es profesional o amateur?”. La lapidaria frase de un amigo invitado a jugar a este título resume de forma breve y concisa los problemas de Drive Girls. En su defensa hay que decir que la misión en cuestión era una de carreras, el aspecto probablemente menos agradecido del juego. Sin embargo, hay un aire descuidado, por no decir cutre, que recorre el juego, y que por desgracia casa con la experiencia en los últimos años de un estudio como Bergsala Lightweight, veteranos conocidos fundamentalmente por Bushido Blade para PSX pero que en los últimos años ha producido, entre otros, títulos de bajo presupuesto como los Hack&Slash Excave o el multijugador Psyco Pigs para Nintendo 3DS.

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Pero hay un detalle relevante en el planteamiento de este nuevo título y que sería motivo para hablar largo y tendido cómo esta industria busca jugar al equívoco de los usuarios, jugando con la reputación de las marcas y los autores para relacionar y promocionar productos cuyos desarrolladores poco o nada puedan tener que ver entre sí.

En este caso, la víctima es la franquicia Senran Kagura, a la que Drive Girls intenta tomar como vestido con el que cubrir su desnudez. A ello contribuye el nombre de la productora, Tamsoft corporation, (responsable también de la saga de las kunoichis), las protagonistas de corta edad, gran inocencia y enormes pechos, las frágiles ropas (armaduras en este caso) que se rompen durante el combate para ofrecer mal llamado fan service, y quizá solo un poco el género (hack&slash).

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Pero no nos dejemos engañar, aquí Tamsoft no desarrolla, y resultado es un producto que no llega a las cotas de calidad de la franquicia producida por Kenichiro Takaki por mucho que se le quiera parecer y que comercialmente interese realzar esa asociación. Aquí nos encontramos ante un juego con unos valores de producción y ambiciones mucho menores, y una ejecución mucho más pobre.

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Chicas o coches

Gracias a la habilidad de las protagonistas de convertirse en vehículos a voluntad, Drive Girls se permite dividir su jugabilidad en dos géneros distintos, hack&slash y conducción. En el primero las misiones consisten en acabar con unos insectos gigantes, llamados bugs, a los que deberemos acribillar mientras combatimos el verdadero enemigo del juego: la cámara.

Esta pérfida antagonista estará siempre intentando dejarnos vendidos por mucho que intentemos ajustarla a cada momento que no estemos peleando, haciendo que buena parte de nuestros ataques sean en vano mientras los bugs se aprovechan de esta ventaja para atacarnos desde ángulos muertos. Por suerte, o desgracia, una vez aprendamos que ciertas técnicas como atacar tras un salto nos hacen casi invencibles ante ellos, pasarse estos niveles no será tarea complicada. 

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Es necesario matizar que el sistema de combate sí busca tener una cierta profundidad: los bugs se dividen en tipos, habiendo uno “madre” que es el que debemos derrotar para que desaparezcan las ordas de pequeños enemigos al estilo musou. Acabar con estos antagonistas menores usando el ataque medio (cuadrado) nos proveerá de EP, que podremos usar para entrar en un estado donde aumentemos nuestra defensa y daño. Usar el ataque fuerte (triángulo), por el contrario, gastará este medidor. También podremos esquivar con círculo y saltar con X.

A ello se añade la posibilidad de transformarnos en coche y arrollar (o simplemente atacar a base de saltar y rotar nuestro vehículo), a nuestros enemigos, si bien este ataque es algo anecdótico. Sí es útil en algunos niveles para avanzar rápido entre grupos de enemigos.

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Carreras sin gracias

La otra cara de la jugabilidad es la conducción. Aquí, sobre un mismo circuito vacío y ramplón deberemos atropellar bugs, colocados como si cajas de objetos se tratasen, para conseguir un turbo con el que poder superar a nuestros rivales mientras esquivamos unas vallas puestas para obligarnos a girar y hacer que este mismo circuito se pueda reciclar una y otra vez sin que los giros sean siempre exactamente los mismos y aumentando su dificultad. El control de broma y la propia simpleza de este circuito hacen de este un modo indescriptiblemente pobre.

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Cuando acabemos las misiones, el juego nos recompensa con pegatinas que podemos usar para “tunearnos”, o vender e intercambiar por otras mejores para sacar el máximo de nuestros personajes en la sección tuning, donde también podremos equipar las “carms” (armas) secundarias de nuestros personajes y probar estas combinaciones. También hay una sección de galería donde podemos escuchar música, ver la historia hasta el

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momento o repasar los tutoriales.

Pobre localización al inglés

Todo ello está cosido por una historia narrada a modo de novela visual en la que se nos narrará la historia de Lancier, una chica que quiere ser miembro del equipo de emergencias y acaba formando parte de un cuerpo secreto, las Drive Girls. Todo ello narrado con una muy pobre localización al inglés que muestra ser el trabajo de una persona no nativa, seguramente japonesa. Frases incomprensibles y explicaciones farragosas y poco naturales son algunas de las consecuencias de esta pobre traducción al idioma de Shakespeare. 

Como anécdota, el manual de instrucciones del juego está vacío, incluyendo solo las páginas de advertencia de salud y legales. Un colofón perfecto para la dejadez de la que hace gala en todos sus aspectos.

4

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.