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Matterfall

Matterfall

  • PlataformaPS46.5
  • GéneroAcción, Plataformas
  • DesarrolladorHousemarque
  • Lanzamiento15/08/2017

Matterfall, Análisis

Housemarque nos trae Matterfall, un shoot'em up espacial en dos dimensiones que combina plataformas y lluvia de balas

Actualizado a

Un shoot'em up de plataformas con el sello Housemarque

El 16 de agosto llega en exclusiva para PlayStation 4 Matterfall, un shoot’em up que recupera la clásica experiencia de los arcade mezclando el género plataformero en dos dimensiones con la acción trepidante de la lluvia de balas, a la que añade elementos como las secciones de gravedad cero, la construcción de plataformas y una agilidad extrema que llevará la concentración de los jugadores al límite y los extenuará mental y físicamente.

Matterfall cuenta con el sello de Housemarque, el veterano estudio indie finlandés conocido por la saga interestelar Super Stardust, el aclamado y zombie-apocalíptico Dead Nation y el cyberpunk Nex Machina. Su marca de la casa, presente en este nuevo título, son los shooters en soporte digital en los que el jugador avanza a un ritmo vertiginoso mientras se enfrenta a multitud de enemigos en pantalla, a los que debe derrotar con una estrategia bien planeada basándose en su patrón de movimientos. El propósito de Housemarque es, tal y como citan en su misma página web, “crear experiencias eufóricas con una ejecución audiovisual impecable”.     

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Controles poco habituales, pero adecuados para una acción desbordante

La historia de Matterfall queda tratada de manera superficial en la intro, donde la misma protagonista jugable, la mercenaria Avalon Darrow, nos cuenta hastiada que debe enmendar el declive de la humanidad provocado por la inversión en tecnología alienígena desconocida para crear armas. De la propia Avalon sabemos muy poco: que es mercenaria y que ronda, a juzgar por su voz, la mediana edad, al menos en la versión en castellano, que es la que jugamos para analizar el juego que nos ocupa. Viste una servoarmadura que la cubre por completo, lo cual nos recuerda a la icónica Samus Aran, aunque este detalle puede llegar a deshumanizarla ligeramente. No obstante, la narrativa y desarrollo de personajes no son los aspectos relevantes de este arcade shoot’em up.

El juego se divide entre tres mundos: Ciudad Futura, Hidroponía y Minas de Materia. Cada cual de dichos mundos está dividido en tres niveles de unos veinte minutos de duración y un jefe final, lo cual nos proporciona unas cuatro o cinco horas de juego. Las mecánicas mezclan plataformas con lluvia de balas, esto es, deberemos avanzar por escenarios ambientados como una colonia espacial y futurista desplazándonos por plataformas, a la vez que debemos enfrentarnos a numerosos alienígenas de forma simultánea. En cada nivel, deberemos sortear pozos de materia roja y perjudicial, atravesar zonas de gravedad cero, usar teletransportadores y superar secuencias de ascensor con sus consabidas hordas de enemigos. Los controles se salen de lo habitual; usaremos el stick derecho para apuntar y disparar, mientras que saltaremos con R1, lo cual facilita la fluidez de los disparos, que deberemos dirigir a todos los puntos de la pantalla. Con L1 utilizaremos el choque, que consiste en un escudo de energía con el que podremos bloquear balas y que, combinado con el stick izquierdo, podemos aturdir enemigos mediante una embestida y atravesar plataformas de materia. Si disparamos el arma con L2 pulsado, generaremos un chorro de materia con el cual con el crearemos plataformas en huecos que así lo permitan, activaremos bombas que aparecerán aleatoriamente al destruir a algunos rivales y desharemos las prisiones en las que se encuentran presos los civiles a los que podremos rescatar en cada nivel para obtener una mayor puntuación. De dichos civiles, colocados en puntos semiocultos de cada pantalla, uno de ellos nos proporcionará una mejora para nuestro arsenal, a la que accederemos pulsando Triángulo. Dichas mejoras se dividen entre pasivas, que potenciarán nuestras habilidades; y activas, que consistirán en armas secundarias como granadas o misiles teledirigidos que activaremos con R2. Sólo podremos tener tres mejoras seleccionadas, que deberemos escoger a conciencia según el nivel donde nos encontremos y los enemigos a los que nos enfrentemos. Para los jugadores acostumbrados al manejo clásico de consola de desplazarse con el stick analógico y apuntar y disparar con R1 y R2, la adaptación a los controles puede resultar costosa. Por su lado, la sujeción del mando para estos nuevos controles dentro de un juego en el que la acción deja pocos respiras nos tensará los dedos y las muñecas, con lo cual recomendamos descansar cada media hora de juego. 

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Niveles trepidantes de corta duración y jefes finales desafiantes

Dispondremos de una barra de vida dividida en puntos de golpe que perderemos con cada impacto recibido y que repondremos con los orbes verdes que recolectemos al derrotar enemigos o rescatar civiles. También contaremos con una puntuación que aumentaremos al vencer oponentes y recolectar orbes morados. A medida que causemos daño sin recibirlo, se rellenará la barra de multiplicador, que aumentará nuestra puntuación obtenida en los siguientes encuentros y cuya cifra aumentará a medida que completemos esa barra sin recibir daño. Al ser heridos, perderemos un multiplicador. Asimismo, obtendremos orbes azules que rellenarán la barra de sobrecarga; una vez completada, podremos activar dicha sobrecarga pulsando Cuadrado para ralentizar el tiempo y lanzar disparos más potentes, lo cual resulta muy útil en momentos en que la pantalla esté saturada de enemigos o en combates contra jefes.

Al final de cada nivel, habrá un recuento de la puntuación obtenida, a la que se aplicarán bonuses de tiempo, de no haber muerto una sola vez y de número de civiles rescatados. Tras ello, tendremos la opción de entrar en una lista de clasificación mundial que anima a los jugadores a autosuperarse para escalar puestos, lo cual aporta a este título un valor de rejugabilidad. 

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En cada nivel encontraremos una serie de puntos de control, donde se nos rellenará la barra de vida y a los cuales regresaremos al morir. Los enemigos son variados, con un patrón determinado fácil de recordar para idear la mejor estrategia de derrotarles sin ser dañados, y en cada nivel se irán introduciendo nuevos rivales, que se sumarán al elenco de oponentes conocidos, los cuales se mantendrán presentes en cada fase. En cuanto a los jefes finales, a los cuales hay un nivel dedicado exclusivamente, resultan todo un reto en el que primará la resistencia por encima de las tácticas ofensivas. Cada jefe tiene un patrón determinado de actuación, que deberemos memorizar para coordinar nuestros movimientos para mantenernos vivos hasta que logremos exhaurir su prolongada barra de vida. 

El juego ofrece tres niveles de dificultad: novato, en el que contaremos con una barra de salud de cinco puntos de golpe y una mayor probabilidad de hallar orbes verdes; mercenario, que asegura un desafío para todos los jugadores y en el que la barra de vida será de cuatro puntos de golpe; y veterano, donde los enemigos son más poderosos y la barra de salud contará con dos únicos puntos de golpe, así como la probabilidad de encontrar orbes verdes. Al completar el juego, se desbloqueará el nivel de dificultad maestro, superior a los anteriores. 

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Audiovisualmente atractivo, pero con una música mejorable

La ambientación espacial está bien lograda gracias al diseño de los niveles, enriquecido con diversos detalles que nos proporcionan información sobre dónde nos encontramos: la zona urbana se mostrará como una metrópolis de colores fríos y tonos metalizados, aderezada con plantas terrícolas decorativas que nos dará la sensación de estar en unas oficinas futuristas. La zona minera, situada bajo tierra, se verá como una fábrica de avanzada tecnología en la que todo proceso está mecanizado. La localización al castellano estará presente en la voz de Avalon en la introducción y en los textos, escritos en una tipografía que evoca al sistema operativo de los controles de una nave. No obstante, la voz del comunicador de la servoarmadura de Avalon permanecerá en inglés, locutada por una voz femenina y metálica que se transmitirá a través del mismo mando de PS4. Cada nivel estará amenizado por una música electrónica que irá a juego con la desbordante acción en la que se desarrolla la partida. Al principio, las canciones nos parecieron atractivas y pegadizas, en consonancia con el estilo y la ambientación de Matterfall, pero al cabo de un rato se acaban volviendo repetitivas. 

Cabe mencionar que las animaciones son fluidas y los combates contra los jefes finales son espectaculares a nivel visual. En el juego, encontraremos unos sutiles guiños a clásicos del cine de ciencia ficción, y es que la forma en la que Avalon se materializa al principio de cada nivel nos recuerda a Terminator, mientras que los portales de teletransportación evocan a Stargate

6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.