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Strikey Sisters

Strikey Sisters

  • PlataformaPC8
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorDYA Games
  • Lanzamiento01/06/2017
  • TextoEspañol
  • VocesInglés

Strikey Sisters: Análisis

La maquinaria neo-retro no se detiene, y nos trae de vuelta esta vez a los viejos machaca-ladrillos en la línea del glorioso Arkanoid. Rescatamos a la inclasificable mascota de las brujas de Dya Games, un estudio a tener muy en cuenta para el futuro de los juegos independientes nacionales.

Actualizado a

Inmersos seguimos en el mejor momento que se recuerda para los los verdaderos ermitaños del videojuego. Cualquiera que hubiese decidido, mediados los noventa, desaparecer en la jungla para volver precisamente estos últimos meses, tendría muchos problemas de adaptación en casi todo lo que tiene que ver con la tecnología, en otro universo con respecto a lo que conoció antes de su largo paseo por el campo. En cambio, podría seguir disfrutando del ocio electrónico como si nada hubiese pasado, sin necesidad alguna de probar prácticamente nada que no conociese ya en su momento. La tendencia neo-retro que lo hace posible es ya tan nutrida que casi no importa a estas alturas quién la comenzó, pero de la escena independiente nacional nos llega un nuevo ejemplo de lo mejor que puede dar de sí la pasión por revivir los juegos del ayer con muy pocos aditivos. Sin apenas edulcorantes que nos distraigan de su intenso sabor original.

DyA Games es un estudio con pocos mimbres. Tan pocos que lo forman solamente dos personas, los hermanos Daniel y Alberto a quienes se adivinan cientos de horas en su infancia con los mandos de las consolas de 16 Bit entre manos. Con sus dos últimos proyectos lanzados en Steam, el sensacional Bot Vice y el nuevo Strikey Sisters que hoy nos ocupa, van consiguiendo poco a poco hacerse un hueco entre una escena que engulle a los menos aptos cual torbellino descomunal. También demuestran, para los que aún tengan dudas, que entre los desarrolladores indie nacionales hay talento a raudales a la hora de diseñar juegos de calado en la vertiente más neoclásica de la escena. Sus propuestas dejan claro, una vez más, que los proyectos que de alguna manera complementan a los grandes nombres como pueden ser Rime o Aragami gozan de muy buena salud, en esta edad sin nombre del soft español por la que transitamos. En esta época, que no se nos olvide, de desarrolladores nacionales que se encargan de sagas del calado histórico de Metroid.

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Al grano desde el comienzo

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Strikey Sisters trae de vuelta varios nombres reverenciables del medio, ya que se basa sin disimulo en el viejo Breakout de Atari, cuya idea popularizó después el gran éxito de Arkanoid, bendecido con oleadas de imitadores. Esta vez son unas simpáticas brujas super deformedlas que se encargan de destrozar ladrillos con una bola que no debemos dejar caer tras nosotros; pero el juego no resulta para nada el último clon de unos modelos a los que supera con mucho, si contemplamos todo desde un prisma actual. El elemento destroza-ladrillos no es más que uno de los varios que moldean su jugabilidad, y es aquí donde reside la grandeza de lo que está sucediendo estos últimos años en la escena independiente, cuyas mentes inquietas no se cansan de apretar una y otra vez las tuercas a los mitos. Strikey Sisters es un buen ejemplo de ello, y como tantos otros aporta un nuevo punto de apoyo a los títulos que enamoraron de niños a quienes ahora desarrollan videojuegos: los títulos que dieron forma a la vocación de casi todos los actuales desarrolladores.

Dicho esto, no pensemos que Strikey Sisters es un juego muy original. Muchas cosas permanecen inalterables desde Arkanoid, y las pequeñas Marie y Elene deben procurar calcular con esmero la trayectoria de la bola para que cause el mayor destrozo a los bloques enemigos mientras recogen objetos que las dotarán de mayor potencia destructiva. Al igual que en los abuelitos del género, mantener la bola alejada por la parte alta de la pantalla resulta muy productivo a nivel de ladrillos destruidos, permitiéndonos concentrarnos en recoger todo aquello que nos va cayendo desde arriba, en forma de monedas, ítems… o llaves para abrir niveles secretos. Lo bueno es que el juego se las apaña para que la intensa acción que nos propone esté repartida a partes iguales entre el devenir de la bola y lo que va pasando por la parte baja de la pantalla, en la que toca liarse a mamporros con los simpáticos bichejos que por allí se irán aventurando.

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Más completo de lo que aparenta

La propuesta de Strikey Sisters es aparentemente la de un clásico clon de Arkanoid, pero en la más que sólida jugabilidad que exhibe el juego destaca una importante dosis de acción y esquivas, que otorgan al conjunto una identidad genuina que lo termina por diferenciar de los grandes clásicos a los que adora. Pululando por las pantallas nos iremos encontrando enemigos con unos patrones de ataque muy variados, a los que debemos eliminar ya sea con la bola o a golpes. Por supuesto, también contamos con las bombas, rayos y bolas de fuego que nos irán cayendo, de cuyo uso en el momento acertado depende en gran medida el éxito o fracaso en el nivel. Por último, para propulsar la bola a gran velocidad y acabar con los enemigos contamos con el gesto que supone esta vez la guinda del pastel, ya que las brujas pueden atacar con un golpe cargado capaz de eliminar enemigos y ladrillos de un solo impacto, así como de devolver proyectiles. En dominar todas estas opciones se haya gran parte del secreto para disfrutar a fondo de Strikey Sisters.

Quien decida rescatar a la inclasificable mascota de las protagonistas debe tener algo claro en las primeras partidas. Strikey Sisters es un juego con varios niveles de profundidad que no se intuyen del todo al comienzo, por lo que las primeras vidas caerán con rapidez de forma poco honrosa por nuestra parte. Lleva tiempo conocer las posibilidades que el juego ofrece, pero progresivamente se nos van desvelando sus mecánicas más avanzadas que, una vez bien interiorizadas, nos harán comprender de lo que en realidad va el juego en esta ocasión. Aprenderemos poco a poco a dirigir la bola con acierto para alcanzar los ladrillos más inaccesibles como está mandado en el género, pero el ensayo y error también nos enseñará que no siempre el golpe más fuerte es el mejor, sino que la alternancia de velocidades y efectos es el camino correcto hacia el éxito en casi todas las situaciones. Especialmente cuando las cosas se pongan complicadas, que lo harán. Los comienzos son desconcertantes y el juego parece menos complejo de lo que termina siendo en los últimos niveles, pero una vez se conoce todo lo que sucede en esta vuelta radical al pasado, el combinado está lo suficientemente bien ensamblado como para hacer las delicias de los jugadores de corte más retro. Ya lo demostraron con Bot Vice, pero es en todas estas mecánicas tan bien llevadas a la práctica donde la mano de Dya Games se revela como la de un estudio ya experto en plantear una jugabilidad clásica con su sello propio.

Personalidad es la palabra clave de los juegos del estudio. La identidad de Dya Games se manifiesta en casi todo lo que pasa en pantalla de alguna u otra manera, tanto en lo bueno como en los pequeños aspectos mejorables. Los niveles se parecen más bien demasiado entre sí, y se basan en la colocación de objetos irrompibles entre los cuales tenemos que conseguir colocar la bola para acabar con los ladrillos situados a traición. Posiblemente habríamos deseado algo más de variedad entre ellos, pero lo cierto es que el juego se mantiene siempre fresco gracias a los distintos patrones que mencionábamos. De vez en cuando nos toparemos con unos divertidísimos enfrentamientos con jefes finales que llegarán a ser bastante desafiantes, ya que tocará devolver proyectiles a mansalva usando el golpe cargado, la mecánica reina del juego. Son momentos complicados, que mezclan acertadamente la teoría del caos con la habilidad arcade.

Aun así, no todo es de color de rosa ni está totalmente conseguido, como no puede serlo en un videojuego desarrollado por un equipo tan pequeño. Un punto negativo lo encontramos en algunos momentos en los que la bola se empeña en repetir trayectorias casi horizontales, que pueden ser realmente desesperantes (aunque han mejorado desde la salida del juego gracias a varios parches). También llegan a fastidiar bastante algunos finales de nivel en los que se nos complicará en exceso acertar a los últimos ladrillos, con muertes cuando ya todo estaba ganado. Y es que que el control del que gozamos sobre la dirección de la bola es muy bueno, pero no todo lo perfecto que nos habría gustado teniendo en cuenta lo que en ocasiones se nos exige. Son algunos puntos mejorables, sin duda, pero nada que vaya a arruinar la experiencia  a quien se acerque a una propuesta así.

Tradicional, en el buen sentido

Por lo que respecta a los apartados audiovisuales, lo cierto es que Dya Games está especializándose en un estilo de pixel art muy característico, resultando evidente la familiaridad con sus anteriores proyectos. Los personajes de Bot vice y Strikey Sisters parecen sprites de un viejo juego de Snes o Neo Geo, con tintes que nos recordarán ahora a la Capcom de Megaman X por las introducciones y escenas, ahora a la Taito de Puzzle Bobble por la simpatía y el encanto de sus modelos. Es un momento muy revuelto para los gráficos bidimensionales, con propuestas increíbles visualmente, pero el sincero clasicismo de 16 Bits de Strikey Sisters consigue su objetivo de agradar gracias a su aspecto cuidado y encantador. No intenta innovar, ni mucho menos dar una lección de arte  como hacen otros grandes del momento (Owlboy, Dead Cells, Hollow Knight…), pero consigue un encanto innegable a la par que se aleja de las estéticas de 8 bits para homenajear con acierto a otros sistemas posteriores. En cuanto al sonido, las referencias son mucho más evidentes, pero no por ello baja el listón con algunos momentos de mucho tronío. El juego suena de manera casi idéntica a como lo haría un juego de Super Nintendo, pero por suerte la calidad media de las melodías y voces es bastante alta. En definitiva, Strikey Sisters no compite en la máxima categoría actual de los videojuegos que homenajean al pasado a nivel técnico, pero llega a cotas muy elevadas si pensamos que todo es obra de un solo artista y su música la firma un solo compositor.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.