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España: 1936

España: 1936

  • PlataformaPC7.5
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorAgeod
  • Lanzamiento02/10/2013
  • TextoEspañol, Francés, Inglés

España 1936

España 1936 nos ofrece recrear uno de los momentos históricos más importantes para nuestro país: La Guerra Civil Española. Un conflicto que mantuvo dividida a una nación durante 3 largos años, y cuya repercusión se mantuvo durante décadas. Ahora, gracias a este título de estrategia, podremos ver el conflicto desde el punto de vista estratégico.

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A pesar de la gran cantidad de información existente, y de lo relativamente reciente en el tiempo, no es habitual ver contenidos de ocio que tengan que ver con un momento tan trágico para nuestro país como aquellos que acontecieron entre 1936 y 1939. Estamos acostumbrados a luchar en todo tipo de guerras modernas que poco han tenido que ver con nuestros hogares, comandar tropas de naciones en las que apenas hemos tenido repercusión y decidir el destino de países que no son el nuestro. Ahora, de la mano de AGEod y Matrix Games, podremos recrear tres de los años más largos de nuestra historia, poniendo la vista en el aspecto estratégico y táctico. España 1936, además de una interesante simulación, nos ofrece una nueva visión del conflicto, sin ganadores ni perdedores, propiciando el entorno para que seamos nosotros, y nuestras acciones, los que decidan el final de esta guerra... con una increíble profundidad y gran cantidad de detalles.

Porque AGEod es, para muchos, un sinónimo de gran estrategia quizás mayor a la famosa Paradox Interactive. La compañía francesa ha propiciado todo tipo de entornos en los que poner a prueba nuestras habilidades estratégicas, recreando algunos de los conflictos más importantes de la historia universal. Desde la Roma clásica hasta la I Guerra Mundial, pasando por la Guerra Civil Americana o las conquistas de Napoleón, estos desarrolladores han conseguido crear un motor capaz de otorgar una profundidad pocas veces vista en el género. El motor AGE -Adaptative Game Engine- ha servido como base para sus productos desde su nacimiento en 2006, capaz de gestionar una gran cantidad de detalles para que los conflictos puedan recrearse con un alto grado de realismo. Por eso, y aunque no es la primera vez que un título se ambienta en la Guerra Civil Española, lo cierto es que en esta ocasión podremos disfrutar de una fantástica y completa simulación.

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Nos encontramos ante un juego de estrategia por turnos, aunque no se desarrollan de la forma habitual como veremos más adelante, que nos ofrece 3 rápidos tutoriales de adaptación y 2 campañas. Las guías iniciales nos enseñarán a mover las tropas en el mapa, organizar la Cadena de Mando y entablar combate, nociones esenciales y absolutamente recomendables si queremos sumergirnos en esta recreación de la Guerra Civil Española. En cuanto a campañas, una de ellas nos traslada a la Caída del Norte y la otra nos permitirá participar en la guerra durante toda la duración del conflicto, comenzando con el golpe de estado en julio de 1936. Esta es la partida que nos puede resultar más interesante, dejándonos elegir entre los bandos Nacional o Republicano, apoyados por Alemania y Rusia respectivamente. Y, nada más comenzar, el mapa reflejará fielmente la situación histórica al inicio de la guerra, mostrándonos un España dividida completamente entre regiones controladas por uno u otro bando.

España 1936 nos presenta un completo mapa de la Península Ibérica, dividida en más de 300 regiones con toda cantidad de detalles. Esta detallada cartografía no se limita a servir de escenario para el conflicto, puesto que sus distintas variables afectarán al movimiento, desgaste y rendimiento de las tropas. En algunas de estas regiones encontraremos ciudades, líneas de ferrocarril o bases militares, que en conjunto conforman una única provincia. Cada una de estas divisiones puede estar controlada por uno u otro bando, sin importar quién domine las posiciones principales de la provincia. De hecho, el objetivo del juego no se orienta a la conquista de todas y cada una de las regiones del mapa, ya que nuestra meta será controlar elementos estratégicos que nos permitan mover la balanza a nuestro lado de la contienda. En la ventana de objetivos, podremos ver qué ciudades necesitamos controlar y la puntuación que otorgarán si lo hacemos.

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Las ciudades importantes sirven como centros de la actividad militar, puesto que una vez controladas suelen ser la base de operaciones desde la que dirigimos el resto de maniobras ofensivas y defensivas. De menor relevancia, pero igualmente útiles, son el resto de localidades que nos servirán para obtener suministros o incluso reclutas. Tampoco hay que desestirmar la labor de las líneas de ferrocarril o los puertos, que nos permitirán movernos de forma rápida entre distintos puntos de la Península Ibérica, aprovechando las infraestructuras existentes... aunque para hacer uso de los puertos necesitaremos contar con alguna fuerza naval. Cualquier movimiento de tropas exige gasto de suministros, lo que significa que no podremos pasearnos alegremente por el mapa sin pensar en las consecuencias: Cualquier maniobra organizada tiene que tener en cuenta la autonomía de cada batallón, si no queremos empezar a tener pérdidas de hombres y penalizaciones.

Este movimiento se realiza entre las distintas regiones, y puede desarrollarse de formas distintas. Puede tratarse de una marcha forzada, con sus perjudiciales consecuencias, o un movimiento de subterfugio intentado pasar desapercibidos sin entablar combate contra los posibles enemigos que aparezcan en esa región. También tenemos que tener en cuenta las condiciones del terreno, que afectarán al tiempo que vamos a necesitar para alcanzar nuestro objetivo, lo que finalmente se traduce en un nuevo gasto de suministros en nuestros batallones. España 1936 nos obliga a pensar bien en cada maniobra, a diferencia de otros títulos en los que podemos permitirnos el lujo de ir moviendo tropas de un lado a otro según las intenciones del enemigo. En ocasiones, será preferible dejar que el enemigo avance a perder gran parte de nuestros efectivos por culpa de marchas forzadas y falta de suministros para el viaje. La guerra nos exigirá este tipo de sacrificios.

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Porque frente a otros títulos de gran estrategia que anteponen un enorme peso a la gestión de recursos, los juegos de AGEod dejan que prácticamente todo el peso recaiga en la organización militar. De hecho, las variables que definen a cada tropa son extensas, y sus valores de rendimiento en combate se verán afectados por innumerables condiciones que tendremos que intentar mantener siempre presentes si queremos tener éxito. No se trata de unidades dispersas que vayamos a mover de un lado a otro del mapa, porque nos encontramos ante una verdadera jerarquía militar que tenemos que intentar respetar para sacar el máximo partido a nuestras fuerzas. Todas estas unidades militares sirven de poco sin una buena organización y para ello tendremos que echar mano de personajes históricos reales que participaron en la Guerra Civil Española. Su labor es imprescindible para que la organización militar funcione adecuadamente y es que, sin una cabeza visible, las unidades se verán penalizadas.

Este hecho se representa en lo que el motor AGE llama Cadena de Mando. En su parte más baja encontramos a los elementos que conforman cada Unidad independiente, que pueden pertenecer a alguno de los 200 tipos existentes: legionarios, artillería, anarquistas, falangistas, ... Una única Unidad nunca está incluida dentro de la Cadena de Mando, de forma que sufre penalizaciones por actuar de forma independiente. Para solucionarlo, estas Unidades pueden unirse en Divisiones estableciendo un oficial para el conjunto. A su vez, podemos agrupar varias Divisiones en Cuerpos, obteniendo beneficios gracias a las habilidades del Comandante al mando. Para crear un Cuerpo, necesitamos un personaje con un mínimo de 2 estrellas en su representación. Por último, estos Cuerpos se pueden agregar a Ejércitos, liderados por un oficial con 3 o 4 estrellas, cuyo radio de acción es mucho mayor. Todas las Unidades pertenecientes a un Ejército obtienen beneficios mayores gracias al General del mismo. Por lo tanto, queda claro que las ventajas de respetar esta Cadena de Mando son muchas.

El núcleo de un Ejército lo forman el General, subcomandantes, su personal y unas pocas tropas de reserva. El General del Ejército puede influenciar a todos los Cuerpos asociados que se encuentren dentro de un determinado rango, ofreciendo mayores beneficios a sus tropas que los proporcionados por una División o un Cuerpo. Dada su importancia, y al no existir la necesidad de encontrarse en la vanguardia para proporcionar sus beneficios, es raro que entren en combate directo. Cualquier Comandante puede ser ascendido en un momento dado, algo que ocurrirá mucho cuando tengamos la necesidad de ocuparnos de distintos frentes, y aquí tendremos que tener en cuenta la antigüedad de cada oficial. Promover a un Comandante con menos experiencia frente a uno más veterano puede acarrear una disminución en la moral de las tropas. Sin embargo, en ocasiones gozan de factores que debemos aprovechar, compensando sus defectos tácticos, para extender nuestra influencia por el territorio nacional a pesar de que sepamos que existen mejores oficiales para poner al mando.

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Esto se puede aplicar a la elección de Comandantes en cada peldaño de la Cadena de Mando, ya que ciertos personajes tienen habilidades especiales que pueden ser de mucha utilidad en determinados momentos de la guerra, y seguirán mejorando sus características mediante la experiencia que obtengan en las batallas. Si no conseguimos organizar una cadena de mando eficiente, estaremos perdiendo parte de nuestro poder militar, y ganar será extremadamente complicado. Existen limitaciones, puesto que los Puntos de Mando nos indican el máximo de tropas que pueden encontrarse a cargo de una figura antes de que su rendimiento empiece a verse perjudicado. Otra de las ventajas de pertenecer a una División incluída en un Cuerpo, es que el resto de Unidades de la misma organización pueden ayudarnos automáticamente si están cerca, dado que prestan su apoyo en un radio de acción que dependerá del Comandante al mando. Además, las Unidades que actúan en conjunto pueden marchar de forma sincronizada, lo que resulta extremadamente interesante si tenemos en cuenta cómo se resuelven los turnos.

Ya os adelantábamos que nos encontramos ante un juego de estrategia por turnos, con la peculiaridad de que estos no se ejecutan de forma ordenada para cada jugador. Una vez hemos indicado las órdenes y establecido nuestras acciones, el turno se resuelve de forma simultánea para los dos bandos, simulando los 7 días siguientes en función de nuestras órdenes. Por esto mismo es más correcto pensar en los turnos como en fases de planificación, durante las que tendremos que establecer los movimientos a realizar para la siguiente semana de conflicto. Esta mecánica, además de obligarnos a pensar mucho más en los posibles movimientos del enemigo, hace que España 1936 sea un juego muy interesante para disfrutarlo contra otros usuarios, incluso en su variante de partida por correo electrónico. No son pocos los usuarios que disfrutan de los juegos de AGEod haciendo uso de estos medios, con satisfactorio resultado, ya que nos permite alargar el transcurso de las partidas al no necesitas que los dos usuarios coincidan necesariamente a la hora de jugar.

Durante la fase de resolución se produce el movimiento de las tropas, que seguirán las órdenes previstas por el jugador. Si en el camino se encuentran con oposición del bando enemigo, o entran en una zona controlada por el oponente, comenzarán el ataque salvo si tienen órdenes expresas de no hacerlo. Si no hay defensas en la región, lo más normal es que pasemos a controlarla fácilmente, mientras que en el caso de existir tropas enemigas pasaremos a la batalla. Esta se resuelve, como os comentábamos, teniendo en cuenta numerosas variables. Desde los valores de cada Unidad (poder, cohesión, munición, Comandante, soporte, ...) hasta aspectos del territorio. Una vez que el juego realiza los cálculos, nos ofrecerá un resultado numérico de la contienda, con la cantidad de efectivos perdidos y ofreciendo el nombre de un vencedor. Sobra decir que en España 1936 las batallas no son a todo o nada, los ejércitos no quedan eliminados automáticamente por haber perdido, e incluso se da la posibilidad de victorias pírricas que apenas causen bajas en el enemigo.

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Para reponer las tropas perdidas batalla tras batalla, o por el simple desgaste del conflicto, podremos acudir al reclutamiento. Esto nos permite escoger entre una serie de efectivos situándolos en regiones controladas. Acto seguido, podremos ir añadiendo estas nuevas Unidades en las Divisiones que creamos conveniente. Por supuesto, este hecho conlleva gasto en los recursos de los que disponemos, puesto que es impensable que podamos reclutar a todos los hombres que queramos. Además, tanto el bando Republicano como el Nacional pueden recibir apoyo extranjero, gracias a la intervención de Alemania o Rusia. Sin embargo, en muchas ocasiones las consecuencias de una derrota van un poco más allá de la pérdida de hombres, pues acaban por facilitar la influencia del bando enemigo en las zonas que controlamos y dificultan nuestra tarea para levantar la moral de nuestros ciudadanos. A este efecto, los usos de la Propaganda de Guerra son también muy interesantes, como veremos más adelante.

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Otro aspecto que no podemos perder de vista es el de los suministros. Los Ejércitos necesitan víveres y munición, y no pueden portar consigo todo lo necesario, por lo que tendremos que facilitar una línea de suministro si no queremos empezar a sufrir un desgaste excesivo. Aunque la tarea es mucho más fácil en zonas conectadas por infraestructuras y en territorio controlado por el propio bando, los frentes lo tienen más complicado. En ocasiones nos veremos obligados a hacer llegar transportes con todo lo necesario para re-abastecer a las tropas de vanguardia, a la vez que nos arriesgamos a que el enemigo asalte nuestro convoy y se haga con nuestras posesiones... y corte nuestra línea de suministro. Por esto mismo, el control de puertos y zonas ferroviarias es sumamente importante, y un elemento clave para la victoria en España 1936. Por supuesto, cuando tengamos que hacernos con las islas, o Ceuta y Melilla, la necesidad de la fuerza naval es más que evidente.

Aunque nuestra función principal será la de mover los ejércitos para extender nuestra influencia de forma que podamos ganar la guerra, existen otras tareas que podemos realizar. Desde las opciones de Propaganda podremos realizar ciertas acción que ayudarán a aumentar nuestro dominio sin necesidad de disponer de una fuerza armada de gran poder en una región. Así, podemos represaliar a los enemigos de nuestro bando como castigo ejemplarizante que ayude a disminuir el número de partidarios del enemigo, o usar nuestra fuerza aérea para bombardear diversas zonas con el fin de debilitar a las tropas que allí se encuentren y desmoralizar a la población. También podemos lanzar diversas campañas de propaganda con el fin de anunciar a los cuatro vientos las bondades de nuestro bando y las maldades de los opositores. Por supuesto, es absolutamente imposible ganar la guerra únicamente en estos términos, pero suponen un apoyo importante a las acciones militarizadas que realicemos en territorio español.

Parece que las opciones pueden llegar a abrumarnos, pero lo cierto es que los tutoriales cumplen ampliamente con su función. Una vez hayamos pasado por ellos, veremos como las opciones tienen mucho más sentido. La interfaz es capaz de mostrarnos una gran cantidad de información en muy poco espacio, y no siempre de la forma más ordenada, tanto en cuadros de texto que se despliegan al posar el puntero en un elemento como a través de las ventanas de información, a las que podemos acceder con las teclas desde F1 a F7. Así encontramos el Libro Mayor, con información sobre todas nuestras unidades, recursos, oficiales, objetivos, ... De igual forma, el manejo de las tropas es sencillo, y se basa en seleccionar y arrastrar sobre el mapa, con una serie de opciones a las que acceder desde la parte inferior de la interfaz. Así seleccionamos entre distintos tipos de movimiento, o accedemos a las opciones para crear Ejércitos y promocionar oficiales. La mayor complejidad reside en las consecuencias de nuestros actos, pero no en la forma de realizarlos.

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La resolución simultánea de los turnos, marca de la casa y del motor AGE, es uno de los componentes más atractivos del juego. Real como la vida misma, puesto que en la guerra no siempre es posible ponerse en contacto con los subalternos una vez han partido, y las comunicaciones con el frente se pierden fácilmente. El hecho de que el título se ambiente en la Guerra Civil Española es un aliciente perfecto para los que nunca se han sentido atraídos por las ofertas de AGEod, ya que la familiaridad con el conflicto y la geografía en la que transcurre facilita mucho el acercamiento al título. Por supuesto, es un juego exigente, muy poco adecuado para jugar rápidamente y durante 5 minutos. Es más parecido a una concienzuda partida de ajedrez en la que tengamos que pensar largo y tendido en cada uno de nuestros movimientos, y en la reacción del oponente a los mismos. La dificultad del juego puede ser altísima para los poco experimentados, pero el realismo y su profundidad de simulación recompensan con creces el esfuerzo que debemos realizar.

A nivel técnico, nos encontramos ante gráficos en 2D sobre un mapa con gran cantidad de detalles. El trabajo de representación es adecuado, muy lejos de la necesidad de crear modelados realistas. En su lugar, sustituye las tropas por iconos representativos, y en la parte inferior se nos muestran tarjetas con la información de cada Unidad. Cada Oficial tendrá su propia fotografía, y así hasta las más de 200 figuras históricas incluidas en el juego, como muestra del fantástico trabajo de investigación realizado por sus responsables. En cuanto al sonido, más que adecuado, con melodías y efectos que ambientan perfectamente las batallas. Lo suficientemente variados como para no aburrirnos desde el primer minuto de juego, a pesar de que será el único aliciente sonoro que tengamos durante toda la partida. No existen voces, ni narraciones o algo similar. Quizás una introducción al conflicto mediante fotografías o un vídeo narrada habría sumado puntos, a modo de documental, sobre todo para los que conozcan menos sobre el conflicto.

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Aunque puestos a renovar, lo cierto es que el motor AGE necesita embellecerse un poco. Es evidente que su peso recae en la simulación, y que es innecesario pedir demasiadas florituras a nivel gráfico, pero sí que necesita mejorar ligeramente la forma en la que ofrece la información haciendo los menús y desplegables algo más legibles. Por supuesto, estas mejoras nunca tendrían que dejar de lado el principal objetivo de esta herramienta, que es la recreación profunda y realista de estos contextos bélicos, pero seguro que facilitarían el acercamiento a usuarios acostumbrados a sagas como las de Paradox. En cuanto al nulo control durante batallas, es fácilmente comprensible si tenemos en cuenta la forma en la que se gestionan los turnos, y seguramente este juego perdería mucho de su encanto si las cosas se realizasen de otra manera. AGEod puede realizar cambios estéticos sin tocar el núcleo de su motor, que es lo verdaderamente importante para los que quieren disfrutar de estos juegos.

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7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.