Los designios de Cleopatra

La reina Cleopatra aguarda  la lectura de su carta astral de manos del maestro astrólogo Aggad, las novedades que éste ha profetizado pueden detener el caos actual y devolver la esperanza a Egipto. En una situación tan tensa el pueblo aferrado al miedo necesitaba recobrar la esperanza ya sea de manos de un Dios o de alguien capaz de comunicarse con ellos.

Una guerra en el corazón de la civilización como era Alejandría, un crisol de culturas recopiladas en millares de textos, la engrandecida astrología, la literatura y el alfabeto griego, los complejos calendarios solares y un poderoso conocimiento matemático y científico que propician el comienzo de una aventura marcada por el misterio y los grandes enigmas.

Un estilo de juego que aceptando el hecho de no poder aportar nada nuevo al género, juega otras cartas y basa su entretenimiento en una historia atractiva que pudiera haber sido real. El escenario está dispuesto y una cita con los puzles a resolver nos invita a probar el juego Cleopatra: El destino de una reina.

Entre tanto el aprendiz de astrónomo enamorado en secreto de Iris, la hija de Aggad trata de ocultar su relación y su amor incondicional por ella. Hasta que un día alertado por unos extraños sucesos se pone en la pista de ambos, en medio de un conflicto que amenazaba a toda la población y que tendría que eludir para realizar su búsqueda.

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Nunca hubiera pensado todo el peligro que acechaba a Iris y a su padre, y mucho menos que la revelación que Aggad poseía pudiera haber desencadenado tales actos en su contra. Pero la importancia de su hallazgo era tal, que el trono del faraón podría depender de él. Para encontrarlos nuestro protagonista recorrerá míticos lugares del antiguo Egipto como la Biblioteca, el Faro de Alejandría o el palacio donde podrá conocer a la propia Cleopatra.

Jugabilidad

El sistema de juego como es previsible no incluye nada nuevo, un sistema de movimientos habitual, con relevancia a la hora de localizar objetos en la pantalla, pero cuyo estilo ha permanecido invariante en las últimas aventuras gráficas que han ido apareciendo.

Lo primero que llama la atención nada más comenzar es el original menú inicial, donde integrado en el sistema de movimiento de la propia aventura gráfica nos desplazaremos por los aposentos reales de la reina para ojear las opciones, para comenzar la partida o para salir de la misma. Un curioso detalle que otorga ese punto de buenas vibraciones antes de comenzar una gran aventura. También tenemos la posibilidad de ver los videos habilitados durante el juego en la galería.

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Antes de comenzar la partida tendremos que escoger primero uno de los cinco perfiles disponibles, cada uno representado por la figura de un dios egipcio distinto. A continuación, con mayor importancia nuestro signo zodiacal, ya sea el verdadero o el que deseemos escoger, una elección de ocasional pero a veces molesta incidencia en el juego.

Sencillos movimientos, una intuitiva interfaz y un sistema de interacción tan simplificado que es imposible que ofrezca algún problema, para su completa comprensión, esto claramente muestra por qué las aventuras gráficas adoptan este sistema tan demostradamente eficaz. Jugada una, jugadas todas en este sentido, pero es de agradecer que la historia imbuya al jugador tan rápidamente y le ofrezca la posibilidad de adaptarse al control sin apenas esfuerzo.

El inventario se divide en varias fichas para poder clasificar y ordenar los objetos a nuestro antojo, ya sea de forma automática si es nuestra elección como manual, en caso de ser más detallistas. Como buena aventura gráfica que se precie en esta pantalla pasaremos grandes momentos ya sea combinando objetos, buscando alguno que resulte adecuado para nuestro problema o repasando la información.

Es de agradecer que los diálogos queden en un registro para consultar los detalles que hayan pasado desapercibidos, que serán pocos puesto que el diálogo no tenderá a enmascarar tales datos. También podremos acceder a los textos, notas y pistas encontrados hasta el momento, por supuesto de crucial importancia su comprensión e interpretación. Pero no serán tantas como pueda parecer a lo largo del juego.

Además del cuaderno del historial, otro punto importante del inventario es la zona dedicada a combinar objetos, y como ya ocurría en otras aventuras gráficas de la misma desarrolladora, al tratar esa combinación aparecerán el número de objetos adicionales que necesitamos, a modo de interrogación, una inestimable ayuda de cara a resolver esos pequeños problemas.

La opción de desmontar invertirá nuestro proceso de combinación para recuperar objetos más simples y por último la inclusión de un mapa que permite una rápida movilidad entre escenarios reducirá nuestra desidia buscando objetos, aunque no será muchas veces las que tengamos que volver recurrentemente a sitios ya visitados.

La dificultad media del juego no será elevada, quizás en algunas pruebas como la de hallar similitudes en los efectos de diversos componentes químicos para el posterior uso y composición de pociones. Pero a grandes rasgos no aparecerán severos impedimentos en el camino.

Como ya vimos al principio nuestro transcurso en la aventura viene marcado por nuestro signo zodiacal, cuya influencia se hará notar cuando ciertas acciones del juego se vean afectadas por la mala suerte, por ejemplo al tapar un agujero con arcilla, ésta pueda desprenderse ó que se rompa la clavija que sujeta las cuerdas del gran cíclope. Salvo tener que repetir el proceso, con el consiguiente enfado, no supondrá mayor mal.

Como es presumible no podremos morir en ningún momento durante la aventura, en cientos de trances sí que nos encontraremos, pero en ninguno correremos auténtico peligro. Como mucho no aplicar un ángulo acertado a una estatua nos obligará a repetir el lanzamiento de una flecha, o no entender del todo el funcionamiento de un mecanismo nos bloqueará momentáneamente el paso, pero no más.

Por último la página web del título dispone de material gráfico adicional, vídeos, imágenes conceptuales del diseño del juego y un poco de información sobre los personajes para ampliar la experiencia si nos ha resultado grata. Un necesario material que complete la satisfacción de los jugadores que deseen indagar un poco más en ésta elaborada historia.

Gráficos y Sonido

El aspecto gráfico del juego está generosamente cuidado, como era de esperar los escenarios son sumamente importantes, las animaciones superpuestas a los mismos encajan perfectamente con lo estático del resto, la ambientación está acorde a lo esperado y visualmente nos resultará muy llamativo y espectacular a los sentidos.

Si la experiencia es un grado, Keops ha aprendido de sus errores anteriores y los pésimos modelados en tres dimensiones de los personajes que contenían títulos anteriores, esta vez se han tornado en elementos a destacar. De formas y movimientos suaves, con sutiles defectos que son fácilmente admisibles, pero que sopesando el gran paso respecto a los anteriores aportan una buena crítica y un esfuerzo por enmendar esa tarea mal hecha.

Gracias a esto la espléndida Cleopatra, el serio protagonista, Iris, el domador de cocodrilos o el maestro Aggad serán personajes que fácilmente recibirán carisma y sentimientos acogedores por nuestra parte. No nos supondrán un artificio que rompa la armonía de escenarios magníficamente elaborados con unos modelos que no hubiesen estado a la altura. Claro está que aún tienen que mejorar pero al menos han dado un paso positivo para ello.

La calidad sonora se ajusta al título, una banda sonora ambientada en la época, con destellos más apremiantes cuando aparezca una situación tensa o de mayor intensidad para el jugador. Sin muchos excesos ni una gran banda sonora que pudiese llegar a entorpecer por su protagonismo. La justa cantidad de música repetitiva que nos dará pie a pensar detenidamente en por qué nuestro artilugio no funciona, o la poción no acaba de elaborarse correctamente.

Los sonidos ambientales también cubren las expectativas, el viento en la costa o en el observatorio, las numerosas fuentes de los jardines, las peleas y enfrentamientos en las calles o los mancillados pasillos de la biblioteca de Alejandría invadidos por cocodrilos. Todos están bien conseguidos, no rivalizan con la música y tienen sus grandes momentos cuando misteriosas habitaciones residen en plena calma o grandes puertas secretas se desvelan al espectador.

La completa traducción de diálogos y voces al Español no hacen sino bordar un magnífico trabajo, otorgando al comprador una experiencia donde se ha invertido un gran esfuerzo por ser perfecta en muchos aspectos. Desde los nombres de plantas, aparejos, artefactos, cuestiones científicas y religiosas de la época, todo cuidado al detalle y mimado para que el jugador apasionante de la historia egipcia se vea satisfecho y el inexperto que se adentra descubra un pueblo que por algo fue el mayor núcleo cultural del mundo.

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