Un juego indie como tributo de un programador a su abuello fallecido

Con el establecimiento de los juegos indies surgió un tipo de títulos que no tiene por objetivo ser el mejor, conseguir la puntuación más alta o darlo todo en el multiplayer. Simplemente dejarnos llevar por la experiencia. Y así es Oases.

Empezamos en una pantalla inicial que nos muestra un avión a punto de estrellarse, pero justo cuando va a chocar, de repente se traslada a una serie de entornos oníricos y coloristas en plan caleidoscopio en los que simplemente volamos. No podemos estrellarnos, y la fase termina cuando la música que suena finaliza. Volvemos al inicio y a otro escenario, por lo que seguro que alguno lo apodará "Walking flying Simulator".

Como muchos de su estilo, parte de un hecho de la vida de su programador, en este caso Armel Gibson: "El avion de mi abuelo fue dado por perdido en 1960 durante la guerra de la independencia de Algeria, días antes del nacimiento de su primer hijo. Y esto es lo que me gusta pensar que le ocurrió". Que su abuelo siguió volando para siempre como este indie de apenas 1 dolar y mucho sentimiento refleja.