El futbolista que entrenaba a cambio de cromos de Pokémon

Simon Tibbling podría haber sido un niño sueco cualquiera con talento para el fútbol. Pero lo que hace único a este jóven es que, para incentivar que el chaval le diera patadas al balón, su madre aprovechó su gran pasión, Pokémon, para que el chico terminara por convertirse en un profesional de dicho deporte.

Las formas que puede emplear una madre para que su hijo desarrolle su talento pueden llegar a ser tan curiosas que nos dejen historias como esta. Tras unas primeras sesiones de entrenamiento, la progenitora de Simon Tibbling se dió cuenta de que el niño era bueno jugando al fútbol. Pero al chaval, ese deporte no le entusiasmaba demasiado. Es así como ella decidió ofrecerle un trato. A cambio de seguir entrenando, le compraría al chico cromos de Pokémon, cosa que por aquel entonces, era su afición favorita.

Ahora, Tibbling juega en la selección sub-21 de Suecia y ya ha sido contactado para hacer pruebas por el Manchester United, el Bayern y el Ajax. Sin embargo, su madre ha vuelto a hacer acto de presencia para que el joven siga estudiando en Suecia, habiendo sido incorporado recientemente al Djurgårdens IF, equipo de referencia en el país.