Cuatro grandes juegos de terror olvidados para redescubrir

Descubre el miedo con estos cuatro grandes olvidados

Terminamos la semana del terror en Meristation, una semana en la que se ha hablado de grandes clásicos como Silent Hill 2 y en la que sagas como Resident Evil y juegos más recientes que han copado nuestros análisis han tenido grandes dosis de protagonismo, pero también una época mejor que otra para descubrir algunos títulos que rara vez copan puestos destacados en ningún top. Todos ellos vienen influenciados por la fórmula que mandaba hace ya mucho tiempo, como es la del survival horror en tercera persona, pero entre ellos podréis encontrar alguno de vuestro gusto, seáis más gustosos de la acción o de la investigación. Vamos con ellos:

- La Cosa

El segundo mejor producto basado en la película de John Carpenter -por supuesto por encima de la precuela cinematográfica de 2011- es este videojuego desarrollado por el extinto estudio Computer Artworks y distribuido por Konami en 2002. De hecho, el legendario director pone voz a uno de los personajes del juego, que hace las veces de secuela al film, y que cuenta como una expedición de las Fuerzas Especiales estadounidenses viaja hasta la Antártida para descubrir qué ocurrió con los científicos. The Thing tiene varias peculiaridades que lo hacen tremendamente atractivo, entre la que destaca la necesidad de usar fuego frente a los enemigos, pero por encima de ella, la presencia de NPC que se unirán al protagonista en su recorrido. Sin embargo, como veíamos en la película, estos podrán ser poseídos por la criatura alienígena, y deberemos fijarnos en su comportamiento para saber si podemos fiarnos o no de ellos.

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- Cold Fear

El primer videojuego de Ubisoft de terror es este Cold Fear, desarrollado por Darkworks (I am Alive) y lanzado en 2005 para PS2, Xbox y PC, y que nos lleva a un escenario especialmente hostil para claustrofóbicos, ya que se ambienta totalmente en un ballenero ruso al que es enviado un guardacostas, Tom Hansen, para investigar por qué vaga sin control por alta mar. Este tiene que vérselas tanto con la tripulación humana como frente a craturas de origen desconocido, pero sobre todo, por los vaivenes del barco, ocasionados por puntuales tormentas que harán de apuntar con precisión todo un reto al que hacer frente con sangre fría. Hansen también contaba con una barra de resistencia que se agotaba si pasaba demasiado tiempo en el exterior, así como realizando todas las acciones disponibles, entre las que destaca la posibilidad de apuntar en movimiento, algo que hoy damos por hecho, pero que entonces Resident Evil 4, por ejemplo, no permitía.

- Galerians

La enorme popularidad de sagas como Resident Evil, Silent Hill o incluso Dino Crisis, hicieron que no fueran pocos los survival horror disponibles en la primera PlayStation que pasaran sin pena ni gloria. Es el caso de Galerians, creado por el semidesconocido estudio Polygon Magic y cuya prácticamente nula campaña publicitaria  lo alejó de alcanzar cotas mayores, pero cuya propuesta jugable está fuera de toda duda. En este juego conocemos a Rion, un niño encerrado que tras recuperarse de su amnesia descubre que tiene poderes psíquicos, pero sobre todo, que es una de las últimas esperanzas de supervivencia de la humanidad frente a los Galerians, unos humanos potenciados genéticamente. Sin embargo, lo hace sin ningún tipo de reparo, y el uso de sus poderes se muestra de una manera realmente explícita, ya que Rion es capaz, por ejemplo, de hacer que sus enemigos exploten o sufran combustión espontánea, siempre teniendo que recargar sus habilidades con inyecciones limitadas que encontrar por los escenarios.

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- Koudelka

Otro gran olvidado de la primera PlayStation es este Koudelka, publicado por SNK y con una curiosa y eficiente combinación entre survival horror y JRPG. Con este juego viajamos a Gales, a finales del siglo XIX, donde su protagonista, la medium Koudelka Iassant, es guiada por voces de un espíritu, concretamente al monasterio de Nemeton. Como podríamos esperar, el lugar está lejos de resultar un escenario tranquilo, es más, los enemigos hacen acto de presencia de manera repentina, y a partir de ahí, se desarrolla su peculiar sistema de combate, por turnos y dividido en cuadrículas, lo que añadía un toque de estrategia del que carecían incluso muchos grandes juegos de rol del momento. Además, era posible elegir cómo mejorar las habilidades de Koudelka, con cuatro puntos a repartir cada nivel subido en parámetros como Fuerza, Agilidad o Resistencia, o la posibilidad también de mejorar la potencia de los hechizos o la velocidad. El personalísimo diseño gótico de los entornos hacen el resto para completar una propuesta con muchísimo contenido y que verdaderamente merece la pena echar un vistazo aún 18 años después de su publicación.

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