Ninja Gaiden, Impresiones Demo (Xbox)

Hayabusa, el ninja capaz de desafiar a las fuerzas del mal con su legendario conocimiento de las artes marciales, regresa a Xbox. Tras arrasar con la hasta ahora última entrega de Dead Or Alive, el héroe de Tecmo regresa a la 128 bits de Microsoft con la última entrega de una saga que causó estragos durante la época de las consolas de 8 bits.

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El ninja Hayabusa es sin duda uno de los personajes más carismáticos que han salido del grupo de programación de élite Team Ninja. El guerrero de la noche protagonizó su propia saga antes de incorporarse a la serie Dead Or Alive de la plantilla de luchadores que se baten por hacerse con el preciado trofeo que les otorga el status de campeones del universo de Tecmo. Ninja Gaiden, Ninja Ryukenden en el original japonés fue como se bautizó en su momento a las aventuras del asesino sigiloso. Esta famosísima saga hizo su primera aparición en el mundo del entretenimiento electrónico como otros muchos juegos de su época: en forma de mueble en los salones recreativos.

El argumento, que en muchos juegos es "...lo de menos", constituía un aliciente más a la hora de enfrentarse a Ninja Gaiden. Encarnando al último descendiente de la dinastía de los Dragón Ninja joven Ryu, debíamos intentar esclarecer la muerte de nuestro padre a manos de un misterioso guerrero que había acabado con él en duelo. Más tarde, el heredero de los Hayabusa descubre una carta de su progenitor en la que le insta a coger la espada de Dragón, una reliquia familiar, y emprender un largo viaje hasta Estados Unidos. Allí conocerá a Walter Smith, un arqueólogo que quizá tendrá alguna de las claves para resolver todas las preguntas que Ryu se formula sobre su tragedia familiar. Y así empieza uno de los arcades que más hondo caló entre los aficionados a los salones de densa atmosfera y cargado ambiente.

Su secuela no tardó demasiado en aparecer. Con la coletilla de The Dark Sworkd of Chaos, Ankoku no Jashin Ken en el original, Ninja Gaiden 2 salió al mercado de NES en el año 1990, con menos de un año de diferencia temporal con respecto a su precursor. La secuela, lejos de limitarse a aprovechar el tirón del gran episodio inaugural, aportó detalles tan fantásticos por aquel entonces como escenas cinemáticas mediante las que se contaban los giros del argumento o un apartado técnico que constituía el techo de lo visto hasta entonces en la 8 bits de Nintendo.

Tras el gran éxito de la segunda parte, Ninja Gaiden 3: The Ancient Ship Of Doom se puso a la venta en 1991. Como principales novedades presentaba unos visuales mejorados y la posibilidad de salvar la partida mediante un sistema de códigos, además de posibilitarse las continuaciones para que el jugador no tuviera que reiniciar los niveles desde el mismo principio. El argumento esta vez colocaba a Ryu Hayabusa convertido en agente de la Central de Iteligencia Americana, la CIA. Junto a la espía Irene Lew debían cumplir algunas de las misiones más peligrosas y exigentes. La dificultad, como una de las principales señas de identidad de la saga, adquiría tintes dramáticos casi de buenas a primeras, convirtiendo al desafío de superar completamente esta tercera entrega en un reto tan sólo al alcance de los jugadores más perseverantes.

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Por último, acabar este breve repaso comentando que hasta Lynx, la portátil de 16 bits de Atari, contó con su propia adaptación del original juego arcade de los recreativos. Esta versión, que no estaba basada en los títulos de Nintendo 8 bits, no se vio continuada con Ninja Gaiden 2, sino que recibió directamente a la tercera entrega vista en la consola de sobremesa de la compañía de la Gran N.

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Eso no quita que Tomonobu Itagaki, en un claro homenaje a los jugadores amantes de la trilogía original, haya decidido incluir la trilogía precursora de este título. Las malas lenguas afirman que el propósito del líder del Team Ninja no es otro que el evidenciar de la forma más notoria posible la clara evolución técnica que ha sufrido la saga.

Las tres dimensiones han posibilitado que la aventura pueda tener muchos más matices. La vertiente aventurera, por ejemplo, se ha visto muy potenciada, y las comparaciones en este sentido con títulos como Onimusha o incluso Resident Evil están ahí. Buscar objetos, colocarlos en otra habitación o resolver puzzles para poder continuar avanzando en el nivel es una realidad en el nivel del que se compone la demo, pero más que posiblemente el resto de niveles de los que se compondrá la versión final cumplirán la misma norma.

Los escenarios están cuidados hasta el más mínimo detalle, y el nivel de interacción de los personajes con ellos es muy alto. Además, los efectos de luz contribuyen a aumentar la espectacularidad de todo el conjunto, incrementando la sensación de que estamos admirando entornos 'virtualmente reales', en los que se conjugan un gran número de variables. Entre esas variables encontramos la de la actuación del jugador, pues élpodrá intervenir ejecutando diferentes acciones, como golpear paredes, activar interruptores que conllevarán cambios en los niveles, etc.

Habrá elementos cuya presencia responda únicamente a fines decorativos, como cascadas o pájaros que revolotearán por las alturas, dejando latente su presencia con su vuelo y, dependiendo de la especie, con sus contínuos graznidos, en el caso de los cuervos que os encontraréis justo al comenzar. Otros detalles que podrían considerarse como secundarios pero que no hay que dejar de comentar son, por ejemplo, la persistencia de diferentes pruebas del paso de Hayabusa por una determinada zona, como las flechas que se quedarán clavadas en las paredes. En cambio, el que cada vez que se vuelva a entrar a una habitación se recargue ésta con todos los enemigos que había allí antes de que diéramos buena cuenta de ellos no nos ha hecho tanta gracia.

La única pega que podría ponerse es la imposibilidad de controlar la cámara de juego de forma manual, más allá de hacer que apunte para dónde está mirando Hayabusa en ese momento (por defecto el gatillo derecho). Itagaki san siempre ha mantenido su convicción de que una cámara controlada por la CPU capaz de situarse en la mejor posición posible sería más beneficiosa para el jugador que una manual, estilo a las que estamos acostumbrados a ver en los títulos en tercera persona en 3D. Eso no quiere decir que no se haya implementado una práctica vista en perspectiva subjetiva que se activará cuando presionéis la palanca analógica derecha. Mediante ella podréis observar con detenimiento todos los elementos que conforman los niveles de este Ninja Gaiden.

Esta vista también se activará al utilizar algunas de las armas, como por ejemplo el arco. Al pretender disparar una fecha, inmediatamente pasaremos a adoptar el punto de vista de los ojos de Hayabusa, para, de esta forma, tener una precisión total. El problema está en que dada la gran velocidad a la que se desarrollan los combates y el 'nervio' de los enemigos de Ryu, el arco y el resto de armas que precisan de un tiempo extra para apuntar constituyen un lastre, por lo menos en los enfrentamientos directos.

También será capaz de realizar saltos gigantescos, así como dobles saltos al estilo  Mario 64. Otras influencias las encontramos en juegos como Tomb Raider, pues Hayabusa tendrá que escalar por determinados parajes, colgándose de los bordes de los alcantilados, impulsándose con ramas, realizando piruetas para alcanzar posiciones más alejadas, etc. Vamos, que el guerrero nipón no tendrá nada que envidiar en cuanto a temas de agilidad a la heroína de Eidos.

Por ejemplo, habrá presas voladoras que a más de uno recordarán al famoso ataque de 360 grados del ruso Zangief de la saga Street Fighter. También encontraremos decapitaciones, series de patadas, apuñalamientos, ensartamientos, etc. Vamos, que Itagaki no se ha quedado corto a la hora de plasmar todo lo que se le ha pasado por la cabeza, sin ninguna limitación en cuanto a mostrar derramamientos de sangre o amputaciones varias. Ya dejó claro en la presentación de Ninja Gaiden durante el X03 que no le importaba que tacharan a su juego de violento, pues él no creía que eso fuera un problema, y menos aún para un juego de acción.

Mientras vayáis repartiendo al personal, y como si de un juego de lucha se tratara, un indicador de número de golpes encadenado aparecerá en pantalla. Esta puntuación, cuyo único propósito en teoría es informativo, cobrará una nueva dimensión en el juego final, pues gracias a ella y a la compatibilidad de Ninja Gaiden con Xbox Live, los jugadores más hábiles que consigan los mejores 'score' podrán descargarse para uso y disfrute enteramente personal objetos que no existen en el juego en si. Esa será la recompensa del Team Ninja a los que consigan dominar con mayor profundidad la que se presenta como una grandísima obra.

Como es lógico habrá diferentes tipos de enemigos, la dureza de los cuales variará sustancialmente. Por ejemplo, mientras que los ninjas enemigos más comunes son fácilmente eliminables, por lo menos cuando podamos separarlos del grupo y darles su ración individual de golpes, el resto de soldados del ejército del mal nos pondrán las cosas bastante más complicadas. Y si tenemos en cuenta que los enemigos nunca vendrán de uno en uno, sino que acudirán en bandada, pues las cosas se complican bastante.

En relación al arsenal de Ryu decir que esta demo, debido a su propósito de experiencia introductoria al juego final, permite al jugador utilizar un buen número de armas que, más que probablemente, en la versión de Ninja Gaiden que aparecerá en las tiendas no podrán ser equipadas hasta bien entrada la aventura. Así que aprovechad y disfrutad de todas y cada unas de las herramientas que el bueno de Hayabusa es capaz de esgrimir contra los malvados de turno.

Cada una de las armas principales, además de sus propias características, tendrá su listado único de movimientos. Así, la katana, la Dragon Ninja, Ryu podrá efectuar ataques únicos que con la espada de combate o los nunchakus de guerra, lógicamente, no serán posibles de realizar. En cuanto a las armas arrojadizas, éstas no son ilimitadas, sino que tendréis que aprender a racionarlas para no echarlas en falta cuando más las necesitéis.

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