Ese Rayman, ese Rayman, ¡eh!¡eh!...

La gente de Gameloft nos trae a nuestra portátil la enésima aventura de la alocada mascota de Ubi, Rayman, en sus aventuras por ayudar a su amigo Globox y evitar que el malo de turno se haga con el dominio de la tierra de los Lum. Nuestra misión, una vez más, será ayudarlo.

El estudio desarrollador Gameloft, conocidos mundialmente por crear fantásticos videojuegos para móviles multimedia, ha estrechado un lazo más con la cada vez más poderosa compañía Ubi Soft. Los de Montreal han portado ya varias de sus licencias a la portátil de Nokia, siendo la gente de Gameloft los encargados de transformar sus ideas a las máquinas de bolsillo. De esa colaboración salió Splinter Cell para N-Gage, así como el juego que hoy nos ocupa, la enésima aventura de Rayman en videoconsolas.

Como en prácticamente todos los juegos de plataformas, la historia comienza con un bueno (Rayman) dispuesto a ayudar a los más necesitados, en este caso su amigo Globox quién tras comerse un Lum oscuro un tanto indigesto, provoca una catástrofe tal que puede acabar con el equilibrio planetario, motivo que aprovecharían los malos de turno para hacerse con el poder. Así tendremos que ir recogiendo tantos Lum como podamos en los más de 50 niveles repartidos en el juego, a la vez que intentamos descubrir todas las jaulas que mantienen presos a los amigos de Rayman.

g r á f i c o s

N-Gage desde sus inicios ha dejado claro que es capaz de mover y demostrar en pantalla gráficos que no pueden ser comparados con los de ninguna otra consola portátil. El virtuosismo gráfico de títulos como Tomb Raider, los mundos tridimensionales de Red Faction o maravillosos ports como el de Tony Hawks Pro Skater así lo han demostrado. Sin embargo no siempre tridimensionalidad y diversión van unidas de la mano; en ocasiones es mejor tener un par de dimensiones bien puestas que tres mal. Y este es el caso de Rayman 3.

El juego de Gameloft y Ubi no muestra un acabado maravilloso, pulido, único para esta consola; es un plataformas clásico, de los de toda la vida, en dos dimensiones, con varias capas de scroll, mucho colorido y cantidad de sitios ocultos. Si nos paramos a analizar únicamente los gráficos diríamos que otros juegos de su mismo género de otras consolas, como Super Mario Advance 4, lo superan claramente. Pero esto no es óbice para decir que el juego no es visualmente agradable, porque no es así.

El aspecto gráfico de Rayman 3 es sencillo, con unos mundos bidimensionales bien recreados; diversos planos de scroll para mostrarnos bellos fondos, diferentes ubicaciones de cada uno de los ocho mundos que se incluyen (un bosque, el mundo de los sueños, una fábrica...) que dan una variedad visual que siempre es de agradecer. Por tanto, en cuanto al diseño de los escenarios no tenemos mucho que objetar; simplemente que siempre es de agradecer aun más variedad o incluso un poco originalidad que pocos títulos de plataformas presentan hoy en día, limitándose a recrear o imitar otros títulos que han tenido éxito.

El diseño de los personajes es bastante sencillo; en cuanto a los enemigos, no es que haya muchos distintos ni que sean numerosos en cada pantalla, más bien todo lo contrario. Su imagen es bastante simplona y típica de otros juegos de Rayman. En cuanto a nuestro personaje principal, goza de una enorme variedad de animaciones, que van desde los saltos y puñetazos hasta la posibilidad de volar o desprenderse según la ocasión de diversas partes de su cuerpo. Las animaciones del protagonista son sin duda las mayores protagonistas de los gráficos del juego, pese a que tampoco destacan sobremanera.

Un punto llamativo es que todos los dibujos del juego están limitados por una pequeña línea negra, imitando en cierta medida el aspecto que se intenta dar a los juegos basados en la técnica del cel-shading. Si bien en esta ocasión no logran un efecto de cómic que puede que estuviesen buscando, si que ayuda a lograr una mayor nitidez y claridad de todo lo que aparece en pantalla.

Como conclusión a este punto podríamos señalar que Rayman no es espectacular visualmente, que hemos visto juegos en dos dimensiones mejores gráficamente que él, pero que el título de Gameloft, pese a no aprovechar las capacidades de la máquina, no desmerece y pasa con algo más de aprobado ese primer examen que todos hacemos a un juego la primera vez que lo probamos.

s o n i d o

Música alegre y repetitiva, como suele ser costumbre en los juegos de plataformas. Cada pantalla, o mejor dicho, cada mundo, tiene su propia melodía. Aunque no destacan ni por su variedad ni por su calidad, siempre es de agradecer una musiquilla que anime un poquito la acción. En cuanto a los FX, no destacan sustancialmente; cada acción tiene su propia muestra, como los puñetazos, las caídas, la apertura de jaulas y demás. Al mismo nivel que el apartado gráfico, podemos decir que es mejorable.

j u g a b i l i d a d

Si por algo ha destacado Rayman en sus años de historia es por la jugabilidad que atesora, siendo muy fácil de controlar en un primer momento pero con una dificultad creciente que provocaba que los niveles más avanzados sólo estuvieran disponibles para los más expertos. En esta ocasión no se queda atrás, puesto que empezar el juego y recuperar todas las jaulas iniciales, coger los Lum amarillos y otras prioridades no es demasiado difícil. Sin embargo, con el paso de los niveles la cosa se va complicando un poco.

El control de Rayman, como decíamos, es tremendamente sencillo. Con un botón soltamos puños y con el otro saltamos; según progresemos por las pantallas iremos ganando nuevas habilidades, como la capacidad de volar gracias al pequeño helicóptero anexo a nuestra cabeza, lanzar los dos puños a la vez, subir por entre dos paredes estrechas o engancharnos a agarraderas colgantes para balancearnos como si nos cogiésemos a una liana. Todas estas habilidades son imprescindibles para avanzar en el juego y en no pocas ocasiones la forma de vencer al malvado jefe de final de fase será usando el último potenciador aprendido.

El desarrollo de las misiones es bastante lineal, aunque como en todo plataformas que se precie, siempre queda un pequeño lugar para la exploración, para buscar un nuevo camino o una nueva zona donde descubrir vidas ocultas o localizar esa jaula que hasta ahora se nos había resistido. A diferencia de otros títulos de Rayman, la ubicación de las jaulas en esta ocasión es algo más normalita, por lo que no resultará tan complicado hacernos con todas ellas, lo que por sí mismo es uno de los objetivos principales del juego.

Para añadir algo de variedad a las misiones, no sólo cambiaremos de universo (hay ocho en total, cada uno dedicado a una temática distinta) sino que el desarrollo de las fases también lo hará. Algunas nos obligarán a volar subidos a un misil, esquivando objetos volantes, pájaros y demás; en otras ocasiones usaremos el "gorrocóptero" en todo un nivel para no pisar un suelo lleno de espinas; en algún otro momento tendremos que huir a lo Indiana Jones de una pesada bola que nos persigue y así unos cuantos ejemplos más. Esto, además de añadir una variedad siempre necesaria en cualquier juego nos obligará a cambiar de chip ante cada nuevo reto, lo que supone siempre una mejora de la diversión ofrecida.

Si hablamos de los enemigos, diremos que en esta ocasión son menos frecuentes que en otros títulos de la mascota de Ubi; podemos pasar fases sin encontrar a ninguno o tal vez a uno de ellos; el aspecto plataformero es el que sale potenciado, aunque un poquito más de acción no habría venido mal. Esta acción la encontraremos ante los final bosses, a los que como siempre tendremos que estudiar de cerca para comprobar sus pautas de ataque y descubrir sus debilidades. Muy buen trabajo en cuanto a su diseño y su dureza, proporcionándonos algunos de los mejores retos que tendremos durante el juego.

La dificultad de Rayman, sin ser tan exagerada como en otras ocasiones, sí que se ha mantenido alta. Habrá zonas que se nos resistirán sin remisión, jefes  finales a los que no terminaremos de cogerles el truco o jaulas por las que pasaremos de largo sin percatarnos de su presencia. A su favor tiene unas continuaciones infinitas que nos permitirán reintentar hasta la saciedad eso que se nos resiste. Los expertos en los videojuegos pensarán que esto ocasiona que el juego sea corto,  pero no es así. La ajustada dificultad, la presencia de algunos retos distintos a los momentos de plataforma pura y dura y el buen diseño de algunos escenarios hacen que Rayman 3 tenga una duración justa que no defraudará a casi nadie.

Por último, y esta nota si que es peculiar cuando estamos hablando de un juego de este género, es la presencia de un modo multijugador que hace uso de la conexión Bluetooth para propiciar partidas donde hasta cuatro jugadores podrán competir por ver quién se hace con la bandera. Un gran acierto por parte de Nokia, Gameloft y Ubi el incluir en todos sus títulos de N-Gage opciones multiplayer; incluso en juegos tan poco predispuestos para demostrar dotes para varios jugadores, demuestran que cuando se quiere innovar y mejorar lo ya existente puede hacerse. Lo dicho, un acierto.

c o n c l u s i o n e s

Rayman, pese a no aprovechar el potencial técnico que guarda N-Gage dentro de sí, es uno de los juegos más divertidos y jugables que tiene esta consola portátil. Es un plataformas de toda la vida, donde prima la jugabilidad y diversión sobre todos los demás aspectos y si estos dos factores se mantienen a un buen nivel, el resultado general se ve favorecido. Así pues tenemos un juego con una duración considerable, con algunos momentos difíciles que supondrán a un reto para todos los jugadores, con dosis de humor, acción y plataformas, que es sencillo de manejar pero donde a la vez resulta complicado desvelar todos sus secretos y con un multijugador consistente y entretenido. En definitiva, la demostración más clara de que para tener un gran juego no es necesario tener los mejores gráficos ni ser un portento a la hora de mostrar tres dimensiones.

l o   m e j o r

l o   p e o r