Sons of Anarchy: The Prospect, análisis

Una de las series televisivas más exitosas de los últimos años, Sons of Anarchy, aterriza en dispositivos iOS con un spin-off del argumento original, eso sí, sin renunciar a ciertos guiños que lo relacionan directamente con la trama de Jax Teller y compañía, ya sea con referencias a SAMCRO o mediante apariciones estelares de algunos personajes de una de las bandas de moteros más peligrosas de California. Y lo hace como si de una aventura gráfica de Telltale Games se tratara, en formato episódico y un desarrollo narrativo muy similar, además de recurrir a una puesta en escena basada en gráficos cell shading y una jugabilidad con bastantes paralelismos, eso sí, en primera persona. Veamos en nuestro análisis si Sons of Anarchy: The Prospect está a la altura de un género que parece estar viviendo una nueva edad de oro.

En The Prospect tomamos el rol de Clint Lancet, un joven que trata de huir de una vida de delincuencia y decadencia en Lincoln, Oregon, hogar de la filial SAMLIN perteneciente a la banda de moteros Hijos de la Anarquía. Su hermano, como miembro de SAMLIN, llevará a Clint a involucrarse en asuntos oscuros, incluso enfrentándose a otras bandas como los Mayas. A decir verdad, la ambientación del título está bastante conseguida y rápidamente nos haremos partícipes del estilo y la atmósfera de Sons of Anarchy. Un hogar deshecho, un padre dependiente de una máquina de diálisis, un casero con muy malas pulgas, un hermano metido en asuntos turbios... Ya en los primeros minutos de juego estaremos solucionando varios aspectos de nuestro difícil día a día como Clint, atendiendo al padre, buscando varios objetos por la casa o reuniendo dinero para pagar el alquiler, entre otras cosas.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Aunque rápidamente nos veremos envueltos en los acontecimientos que nos llevarán hasta SAMLIN y que desde el brutal prólogo se nos anticiparán. A lo largo de la escasa media hora que nos llevará completar este primer capítulo de una serie de diez entregas, tendremos que tomar varias decisiones que afectarán de un modo u otro a los posteriores acontecimientos, ya sea para bien o para mal; además, en los diálogos podremos contestar mediante dos opciones, lo que nos acercará o alejará de ciertos personajes según nuestras reacciones. Tendremos que esperar a los siguientes capítulos para ver si realmente podemos vivir diferentes historias según nuestras acciones pasadas. Aunque tras completar el primer episodio, nos daremos cuenta que su desarrollo resulta inconexo y seremos protagonistas de diferentes situaciones poco coherentes entre sí.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

En ciertos momentos tomaremos parte en peleas mediante sencillos quick time events e incluso podremos masajear a una invitada enviada por el mismísimo Tig de SAMCRO, en una secuencia, digamos, peculiar. Como suele ocurrir en este tipo de títulos donde la narrativa se impone a la jugabilidad, The Prospect no aporta nada que no hayamos visto con anterioridad. Para desplazarnos ‒siempre en primera persona‒ tan sólo debemos tocar sobre la pantalla y de la misma manera interactuar con los objetos que desprendan un cierto halo brillante; eso sí, la libertad de movimientos será bastante limitada, con lo que parecerá que nos movamos sobre raíles durante todo el capítulo. Asimismo, deberemos superar una secuencia de conducción sobre nuestra moto con un control pésimo; y es que nos tocará repetirla una y otra vez tras sufrir incontables accidentes con el fin de llegar al destino sanos y salvos.

Su puesta en escena recuerda mucho a las diferentes entregas de Telltale Games, es decir, gráficos cell shading aunque bastante menos detallados. Los personajes pecan de una marcada sencillez, así como de unas animaciones con un amplio margen de mejora. Por otro lado, el mundo que se presenta ante nosotros ofrece un nivel visual con algunos altibajos; mientras que nuestro hogar se presenta con un aspecto aceptable, el resto de localizaciones ‒muy limitadas, por cierto‒ quedan muy por debajo de lo esperado. Por otro lado, llega totalmente localizado al inglés y con unas interpretaciones, si bien no son brillantes, sí cumplen en su registro; el resto de efectos y melodías no pasan de aceptables. Esperemos que los siguientes capítulos corrijan los puntos más débiles de un primer episodio prometedor pero que no destaca en ningún apartado; por suerte, llega a un precio de sólo 1,99 euros.