Sinfonía portátil

Castlevania, en lo que a Game Boy Advance se refiere, se está convirtiendo en ese buen amigo que pasa muy de vez en cuando a visitarnos. En menos de dos años, la consola de Nintendo ya cuenta con ni más ni menos que tres entregas de la saga vampírica de Konami. Veamos qué nos depara en este último advenimiento...

Para empezar, qué mejor que echar un poco la vista hacia atrás para recordar los inicios de la saga. Situémonos allá por Japón en 1986, año en el cual los siempre revolucionarios técnicos de Konami inventaron el chip megarom para los cartuchos del sistema de ordenadores MSX. Este cartucho innovaba en el sentido de que se llegaba a introducir en este soporte cantidades de memoria de como mínimo un megabit, una cifra ingente para los tiempos que corrían. Así es como salieron auténticos números uno para MSX, siendo los tres primeros juegos que llevaron este chip GRADIUS, PENGUIN ADVENTURE y VAMPIRE KILLER... ¿os suena este último?

VAMPIRE KILLER revolucionaba bastantes conceptos clásicos dentro del mundo del videojuego, hecho este una constante en la compañía nipona durante la práctica totalidad de su carrera. Ya de por sí, el ser el tercer megarom de la empresa ya le hacía recibir el calificativo de bombazo mediático, pero más aún era la circunstancia de que era el primer cartucho de Konami exclusivo para los MSX de segunda generación, o sea, los poderosos MSX2. Así pues, teníamos una maravilla tecno-jugable, que explotaba a fondo las posibilidades del sistema a la par que recogía la diversión de los títulos anteriormente desarrollados por su equipo de desarrollo, tales como THE GOONIES o KINGS VALLEY.

La historia contaba la odisea de Simon Belmont en pos de acabar con el maléfico conde Drácula, basando su metodología lúdica en una explosiva mezcla que juntaba a partes iguales acción y videoaventura. El predecible boom ocasionado por este auténtico juegazo propició la rápida adaptación a otros sistemas, momento en el cual la saga empezó a expandirse. Así pues, verían la luz CASTLEVANIA, para la mítica Nes, y HAUNTED CASTLE, título el cual causó un gran revuelo en el terreno de los arcades recreativos. Pero lo dicho... esto fue sólo el comienzo.

CASTLEVANIA ha llegado a tocar auténticos momentos de gloria por parte de los jugones de todo el mundo, alcanzando la cumbre con nombres como CASTLEVANIA 3 de Nes, SUPER CASTLEVANIA IV para Super Nintendo (el mejor para mí), CASTLEVANIA 2 de Game Boy o CASTLEVANIA RONDO OF BLOOD para Turbo Duo. Pero sin duda alguna, la entrega que más llegaría a marcar a los usuarios de todo el mundo sería SIMPHONY OF THE NIGHT, ya sea por el hecho de presentarse en un sistema tan popular y multitudinario como Playstation (también vio la luz en la Saturn de Sega) o por la tremebunda calidad del juego en sí. El hecho es que, para muchos, SIMPHONY OF THE NIGHT se sitúa claramente entre los mejores juegos de la historia.

SIMPHONY OF THE NIGHT plasmaba una jugabilidad que recogía los puntos clave que el primer VAMPIRE KILLER presentase, mezclándolos muy sabiamente con un desarrollo muy al estilo de la saga METROID. Es decir, la exploración, el abrir puertas y el aumentar nuestros poderes se convertían en las premisas que, junto con el acabar con los más poderosos e impresionantes final bosses que se hayan visto en un juego 2D, encumbrarían a este CASTLEVANIA a lo más alto. Muy claro quedaría que, a partir de este momento, todo nuevo CASTLEVANIA tendría que medir su rasero con la ya mítica huella de SIMPHONY OF THE NIGHT...

El hecho es que, habiendo disfrutado como un enano de los anteriores títulos de la serie, ARIA OF SORROW transmite de forma instantánea una innegable sensación de poder, algo que sólo los mejores clásicos son capaces de irradiar. Así, haciendo memoria, y de nuevo dentro del terreno de las portátiles, ARIA OF SORROW me ha causado una sensación similar a la que en su día me produjo el memorable CASTLEVANIA 2 de la añeja Game Boy, cartucho imprescindible para todo aquel que se precie de ser un fan de la saga de los Belmont y cía.

Pero no nos andemos por las ramas... ¿qué tiene ARIA OF SORROW que no tengan sus primos mayores? ¿Qué tiene que no tengan otros juegos de GBA? Veámoslo, veámoslo con más detalle...

Pero la historia que hoy nos ocupa muy poco tiene que ver con la estirpe Belmont. De hecho, la acción se sitúa ni más ni menos que en el 2035, siendo nuestro protagonista el joven Soma Cruz, estudiante de una universidad japonesa. Él y su amiga Mina Hakuba traspasan el umbral de un templo llegando, para sorpresa de ambos, al Castillo de Drácula, el cual por cierto había resucitado en 1999, siendo vencido (para variar) por un grupo de bravos guerreros.

Nuestros chicos se toparán de repente con Graham Jones, el lider de un culto que tiene como intención absorber el poder de Drácula para sí mismo. Así pues, la misión de Soma se centrará en detener a Graham Jones e investigar el por qué ha sido invocado dentro de Castlevania. Para ello no sólo se las tendrá que ver con toda una horda gigantesca de seres de ultratumba, sino que se encontrará con otros tantos misteriosos personajes que le servirán de ayuda. A buen seguro más de uno se sorprenderá al reencontrarse con algún que otro individuo bastante popular.

¿El resto? Os toca descubrirlo, colegas...

El tono es ciertamente oscuro, aunque sin privarse en absoluto de un sabio uso de los colores, bastante adecuado para no dejar ciegos a los muchos usuarios de pantallas no iluminadas (sigh). Para adornar el conjunto visual, seremos testigos de todo tipo de efectos de luces, a cual más espectacular, tanto en las magias como en los alucinantes monstruos. Y hablando de monstruos y demás personajes... Pocas veces podremos ver en GBA unos sprites que destilen un diseño tan profesional. Es decir, se aúnan un tamaño en los 'muñecos' bastante pequeño (y siempre ideal) pero con un detallismo capaz de quitar el hipo. Y curiosamente, así parecen grandes...

Impecables también son las animaciones. Soma Cruz se mueve al más puro estilo de Alucard en el mil veces mencionado SIMPHONY OF THE NIGHT. Su arranque al andar, sus saltos, los ataques... se nota a mil leguas la mano del mismo equipo de grafistas y animadores. Globalmente todo se mueve de forma extremadamente suave y veloz, destacando por méritos propios los final-bosses, momentos en los cuales el juego se torna toda una explosión a los sentidos. El conjunto visual es toda una oda a la cúspide del detalle gráfico del grafismo 2D, lo que, en resumen, no deja de dar constantemente el placer de tener ante los ojos un producto excelente.

A pesar de que no se llega a las cotas de maestría del mítico SUPER CASTLEVANIA IV, todas y cada una de las músicas de ARIA son de estas que se meten rápidamente en nuestra cabeza, de esas bandas sonoras que impulsan al tarareo compulsivo del jugón. Qué más decir siendo Konami la creadora del cartucho, compañía la cual es toda una abanderada en cuanto a bandas sonoras de videojuegos se refiere, y siendo todo un ejemplo en lo que a las melodías implantadas única y exclusivamente a base de código y programación. Vaya, como le gusta a un perro viejo del mundillo como yo (y como no podía ser de otra forma en GBA :P)

En lo que respecta a los sonidos en sí, ARIA OF SORROW es bastante contundente. Los golpes y quejidos suenan a tope, con una frecuencia de sampleado bastante alta, y acompañan en perfecta simbiosis a la acción. Del mismo modo, las voces de los personajes se dejan escuchar en bastantes ocasiones, quedando bastante espectacular las del propio Soma a la hora de ejecutar las brutales magias. Ciertamente, unos fx notables...

De todos modos, si venimos de otros juegos de la saga, controlar a Soma Cruz será coser y cantar, teniéndonos que adaptar tan sólo al sistema de inventario y adjudicación de magias que, al más puro estilo RPG, convierten a este cartucho en algo más profundo de lo que pueda parecer a primera vista. Visto está que no sólo se trata de saltar y usar nuestras armas, sino que casi se convierte en principal premisa el saber qué arma usar, administrar magias y usar convenientemente los objetos que vayamos consiguiendo, del mismo modo que Soma se hará poco a poco más poderoso.

Y habiendo mencionado las magias (espectaculares y eficaces como ellas mismas), debo comentar que la clásica recolección de corazones ha transformado su clásica función en la de aumentar la barra de magia, sirviendo esta con su consiguiente desgaste en el típico uso de las armas secundarias. De todos modos, esta se regenera de forma constante, aunque lo suficientemente lenta como para asegurarnos la ya mítica rotura de velas y candelabros.

En resumen, se puede decir que ARIA OF SORROW es todo un ejemplo de jugabilidad limpia y duradera, sujetándose en un título longevo por sí mismo, con un mapeado extensísimo que nos tendrá ocupados horas y horas, tanto usando nuestra cabeza como segregando adrenalina a la postre del frenesí más arcade. Por decirlo de otra manera, Castlevania Aria of Sorrow está a otro nivel lúdico, en ese escalón en el que sólo se encuentran títulos de la talla de Metroid Fusion o el reciente reencuentro con Zelda... en GBA, claro está.